Según el escrito de conclusiones provisionales, el fiscal considera probado que Harriet Iragi, estando preso en la cárcel de Córdoba, se dirigió a un funcionario el 22 de julio de 2005 y, durante el recuento reglamentario, le dijo a voces: "¿Cuándo vais a dejar de dar por culo? Todo esto lo vais a pagar caro".

Posteriormente, el 5 de agosto de 2005, en el mismo centro penitenciario y durante el reparto de la cena, se dirigió a otros dos funcionarios de prisiones y les exigió que le dijeran quién hizo el recuento del 22 de julio por la noche, porque el "gilipollas" le "metió un parte por la cara".

"No estoy insultando a nadie, sólo digo que el que me ha dado el parte es un gilipollas y que lo va a pagar, quiero que me identifique a ese guardia", añadió Iragi, quien aseguró que "de ésta más de uno se va a acordar".

Según el fiscal, los funcionarios se sintieron "seriamente amenazados en su vida e integridad física" por las palabras de Iragi, miembro de una banda terrorista que entre sus objetivos ha tenido y sigue teniendo a funcionarios de instituciones penitenciarias, algunos de los cuales han sido asesinados o secuestrados.

A consecuencia de dichas amenazas, los funcionarios a los que fueron dirigidas tuvieron que adoptar aún mayores medidas de seguridad, sostiene el fiscal.

Para la Fiscalía de la Audiencia Nacional, los hechos descritos son constitutivos de un delito de amenazas terroristas, por lo que pide que Harriet Iragi sea condenado a dos años de prisión.