La seguridad personal en las Fuerzas Armadas está regulada, editada en un tríptico que se distribuye a todos los militares, y obliga a u cumplimiento estricto a sus miembros, que se extrema cuando existen sospechas sobre una inminente acción terrorista.

Entre las medidas aplicadas por Defensa figuran comprobar debajo del vehículo antes de subir a él, así como comprobar el estado del mismo antes de ponerlo en marcha. De igual modo, variar los itinerarios de desplazamiento al trabajo o a la vivienda personal y que los conductores cambien las rutas que siguen cuando trasladan a sus superiores de su domicilio a los cuarteles o centros de rabajo.

Asimismo, corresponde al Ministerio de Defensa, en colaboración con la policía, la protección sistemática de las viviendas militares y, en particular, de los barrios donde éstas abundan. Precisamente, la zona de Virgen del Puerto, en Madrid, donde fue asesinado el teniente coronel Pedro Antonio Blanco el pasado viernes, estaba siendo vigilado, pese a lo cual no pudo evitarse el atentado.

MAYOR PRECAUCION

En las Fuerzas Armadas, si cabe, las precauciones son más severas según Defensa. La fuentes consultadas subrayaron que los militares siempre están en guardia ante la posibilidad de ser objeto de un atentado terrorista.

En este sentido, las circulares que alertan de una posible acción terrorista difundidas tanto desde el Ministerio del Interior como de Defensa permiten recordar la necesidad de extremar las medidas personales de seguridad que, no obstante, deben mantenerse a lo largo de todo el año.

Tales medidas de autoprotección vienen aplicándose desde hace años, aunque el contante riesgo de nuevas acciones terroristas obliga a recordar a los militares que deben seguir al pie de la letra las normas escritas que reciben al respecto.

El Ministerio de Defensa cursa periódicamente instrucciones a los mandos militares para que sigan "a rajatabla" las medidas de autoprotección establecidas por este departamento con el fin de prevenir atentados.

Las fuentes de Defensa explicaron que existe un texto interno (tríptico) que contiene un paquete de medidas, "todas ellas razonable", que permiten al menos paliar los efectos de un atentado, aunque, agregó, "a veces es muy díficil garantizar que no se produzcan víctimas".

Así ocurrió, por ejemplo, en el caso del general de brigada Juan José Hernández, asesinado por ETA en Madrid en mayo de 1994, quien cumplía todas las medidas de autoprotección, ya que en el momento de ser asesinado vestía de paisano y habitualmente se desplazaba en un vehículo blindado.

En otros casos de asesinatos de militares, sobre todo de alta graduació, se dieron las mismas circunstancias excepcionales de seguridad, aunque el resultado fue igualmente fatal.