"No era un mero transporte de explosivos, sino una furgoneta- bomba que venía ya preparada para ser detonada de forma inmediata", dijo Mayor Oreja en una rueda de prensa, en la que compareció junto al secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxá; al director general de la Policía, Juan Cotino, y al de la Guadia Civil, Santiago López Valdivielso.

Mayor explicó que la furgoneta, interceptada por una pareja de la Guardia Civil de Tráfico cerca de la ciudad zaragozana de Calatayud, contenía 900 kilos de cloratita y 50 de dinamita, que no requerían ya ninguna manipulación específica para ser detonados.

Según explicó, bastaba "algo muy sencillo y muy elemental", simplemente aplicar el detonador y el temporizador, que se encontraban también en una caja fuerte en el interior de la furgoneta. El vehículo haba sido robado en Francia, las matrículas españolas eran falsas y había comenzado su recorrido hacia Madrid en una ciudad gala próxima a Bayona.

La investigación aún no ha determinado si la dinamita coincide con la sustraída por ETA recientemente en Francia. En el caso de la cloratita, el ministro aseguró que se desconoce su origen.

Mayor tampoco especificó si la banda terrorista tiene estructurado un comando como tal en Madrid o es sólo un "grupo" con capacidad para recibir y activar un explosivo Lo que es seguro, afirmó, es que el destino de los explosivos era la capital de España.

En cuanto a la tardanza en exponer públicamente esta operación, el ministro explicó que motivos de seguridad aconsejaban a los equipos de desactivación esperar a la luz del día para aproximarse al vehículo, por lo que hasta esta mañana no se ha conocido con detalle su contenido.

REGALO DE NAVIDAD

Mayor comenzó su comperecencia agradeciendo su labor a las Fuerzas de Seguridad del Estado. "Sin duda", dijo, "(sta operación) es el mejor regalo para esta Navidad que podía hacer la Guardia Civil al conjunto de la sociedad española".

Junto al "alivio y la satisfacción" por esta operación, Mayor Oreja expresó su "preocupación e inquietud por la locura, la barbarie y lo que puede significar la mentalidad, la rabia y el odio que puede tener una organización terrorista como ETA".

Esta operación, junto a la desarticulación por parte de la Policía de un "grupo Y" que operaba en Vizcaya y la localización de un "ulo", hizo al ministro concluir que merece la pena confiar en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "cuando hay resultados y cuando hay atentados, cuando hay éxitos y aciertos y cuando todavía no podemos dar la tranquilidad que anhelan todos los españoles".

"La confianza en la profesionalidad, en la competencia de estos cuerpos es un elemento esencial para entender y avanzar en la lucha contra el terrorismo", concluyó el ministro.