No obstante, sí existe un censo interno que establece los grados de peligrosidad de los internos y que recibe el nombre de FIES, Fichero de Internos con Especial Seguimiento, en cuyo grado tercero se encuadran los reclusos terroristas. El FIES regula con carácter general el tratamiento específico de quedeben ser objeto los presos según una categoría predeterminada que no contempla tanto su grado de peligrosidad como su adscripción a una determinada actividad delictiva.

En este sentido, estas normas internas, que emanan de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, establecen las medidas de seguridad que deben adoptarse respecto del preso, como que se extreme la vigilancia, que se proceda a un cacheo previo a su salida al patio, registro diario en la celda, control de sus comunicaciones y imitación de las mismas, y formas de atención, entre otras.

El problema es, según los sindicatos, la aplicación de esa normativa en la práctica. Por ejemplo, si tienen que ir dos funcionarios a atender a un preso peligroso, no siempre se puede cumplir porque o no hay suficiente personal por vacaciones o el elevado índice de absentismo laboral lo impide.

En las categorías FIES se puede entrar y salir dependiendo de la evolución del comportamiento del preso, si bien los grados están definidos de maera general. Así, por ejemplo, el FIES 1 se corresponde con los internos que han protagonizado algún tipo de motín, secuestro, altercado o intento de fuga, y está dirigido especialmente a narcotraficantes o miembros de 'mafias'; en el FIES 3 se incluyen a los miembros de bandas armadas y terroristas; en el FIES 4 el personal de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y en el FIES 6, internos que han intentado suicidarse en alguna ocasión y/o con problemas psicológicos.