Adicciones

Un estudio de UNAD urge a impulsar políticas y estrategias de reducción de daños asociados al uso de sustancias

-Publicado por el Día Internacional de la Reducción de Daños, que se conmemora este domingo

MADRID
SERVIMEDIA

El estudio de la Red de Atención a las Adicciones (UNAD) titulado ‘Reducción de daños en el siglo XXI. Fase I Diagnóstico’ urge a impulsar políticas y programas de reducción de daños asociados al uso de sustancias.

La red publicó este viernes, coincidiendo con la conmemoración, este domingo, del Día Internacional de la Reducción de Daños, las conclusiones de este trabajo cuyo objetivo es describir las necesidades actuales de los servicios y programas de reducción de daños en España, así como poner de manifiesto los diferentes aspectos de mejora que se necesitan para adaptar la reducción de daños a las características de los nuevos consumos.

Entre las principales conclusiones del trabajo, financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, destaca la importancia de impulsar políticas, programas y estrategias de reducción de daños que tengan un enfoque de derechos y justicia social y que permitan “reducir el estigma de las personas que consumen en esta situación.”.

“Asimismo, se evidencia la necesidad de invertir en ellos para paliar los efectos negativos sobre la salud pública”, abundó la red, cuyo presidente, Luciano Poyato, explicó que la reducción de daños se basa en la restauración de derechos de las personas que utilizan sustancias para evitar muertes tempranas y mejorar sus condiciones sociales y de salud.

“El objetivo aquí no es otro que minimizar los daños asociados al consumo sin necesariamente reducirlo o eliminarlo”, aseguró, al tiempo que subrayó que estas estrategias van dirigidas a paliar los perjuicios de las personas que consumen, ya que aumentan el número de prácticas seguras y disminuye el riesgo de trasmisión de enfermedades, promoviendo una serie de recomendaciones para garantizar los derechos humanos fundamentales incorporando los diferentes ejes de “vulnerabilidad” que atraviesan estas personas.

CONCLUSIONES

Entre las conclusiones resalta el impacto “histórico” del modelo punitivo que ha contribuido a la construcción del imaginario social del usuario como “delincuente, enfermo y responsable de su propia situación”.

Además, la investigación “alienta” a la incorporación del modelo de justicia social con “especial énfasis” en el enfoque de interseccionalidad y señala como “esencial” tener en cuenta las “opresiones y vulnerabilidades” relacionadas con los diferentes ejes de desigualdad, incluyendo sexo-género, edad, raza y país de origen, entre otros.

El documento también muestra que la reducción de daños debe tener en cuenta la salud para “atender y acompañar”; la vivienda debido al incremento de las personas que utilizan sustancias en situación de sinhogarismo; el plano afectivo para tratar las desigualdades; y las violencias, ya que, según la red, los usuarios “son víctimas de múltiples de ellas”.

Junto a ello, en el documento se expone la “grave desigualdad” en la distribución de recursos entre territorios urbanos y rurales y la necesidad de elaborar un mapa de recursos estatal de reducción de daños, así como la importancia de “reducir el asistencialismo y promover redes de apoyo comunitarios y cuidados colectivos”.

El trabajo aborda también las características de las personas usuarias de sustancias, el patrón de consumo y el contexto social donde se enmarcan y para llevarlo a cabo se utilizó una metodología cualitativa y descriptiva basada en una población diana representada por personas que utilizan actualmente los servicios y programas de reducción de daños.

(SERVIMEDIA)
05 Mayo 2023
MJR/gja