Ciencia

Un estudio concluye que el aumento de la temperatura incrementa la cantidad y número de desprendimientos rocosos en alta montaña

MADRID
SERVIMEDIA

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y la Universidad de Ginebra han documentado como el calentamiento global favorece el aumento de los desprendimientos de rocas de alta montaña a través del análisis de los anillos de crecimiento de los árboles.

El estudio del MNCN señaló que “este aumento está relacionado con la degradación del permafrost, zonas de suelo que permanecen congeladas, pero que, con el aumento de la temperatura relacionado con el Cambio Climático, han comenzado a deshacerse en las últimas décadas”.

El investigador Juan Antonio Ballesteros aseguró que, “hasta ahora, la falta de datos a largo plazo impedía una evaluación en profundidad de cómo el calentamiento que se está produciendo en alta montaña afecta a los desprendimientos rocosos”, pero que, “gracias a esta aproximación, hemos logrado obtener una serie de datos que abarca un siglo y que muestra cómo la actividad se ha visto alterada por el calentamiento global”.

Para calcularlo, utilizaron la técnica de la dendrogeomorfología mediante la selección de 375 árboles vivos de la ladera que mostraban daños sufridos por diferentes desprendimientos, como, por ejemplo, impactos y heridas. Una vez escogidos, realizaron un muestreo con barrenas ‘pressler’ y obtuvieron una muestra del registro continuo de anillos de crecimiento.

Posteriormente, en el laboratorio, se analizaron las muestras con el objeto de identificar anomalías de crecimiento como tejidos caóticos, canales de resina traumáticos, cambios de crecimiento abruptos y madera de reacción. Asimismo, “con el objeto de identificar la señal climática, también se muestrean árboles de la misma zona y especie que no han sufrido daños por dichos procesos geomorfológicos y que nos sirven como referencia para observar los cambios”, detalló Juan Antonio Ballesteros.

El artículo científico, publicado en Nature Geoscience, explica que esta circunstancia supone “un elevado riesgo para la estabilidad del ecosistema y sobre todo para la seguridad de las personas que viven en estas áreas montañosas o donde el permafrost se está descongelando”.

(SERVIMEDIA)
07 Mayo 2024
GHL/gja