Los Estatutos del PP son muy claros en este punto, ya que establecen dos vías posibles para nombrar a un nuevo presidente. A la fórmula habitual, por elección de los compromisarios de un congreso, se une la designación en los órganos internos del partido, según informaron a Servimedia fuentes populares.

El artículo 35 de los Estatutos establece dentro de las competencias del Comité Ejecutivo "la de elegir entre sus miembros a quien tenga que dirigir el partido en el caso de dimisión o fllecimiento del presidente, elevando dicha propuesta a su Junta Directiva correspondiente".

Aznar siempre ha mantenido que no habrá ningún elemento de bicefalia entre él y su sucesor, aunque no ha especificado el método que tiene previsto seguir para conseguirlo. Durante el último viaje a Estados Unidos, ha recalcado que no habrá apenas coincidencia de dos líderes al frente del partido.

Si Aznar cesara voluntariamente del cargo de presidente, el Comité Ejecutivo Nacional tendría que llegar a un auerdo para proponer a uno de sus miembros como nuevo presidente. Posteriormente, la Junta Directiva Nacional tendría que ratificarlo.

Esta fórmula evitaría la celebración de un congreso extraordinario en el caso de que Aznar quisiera traspasar a su sucesor todos los poderes al frente del partido antes o justo después de las elecciones generales de marzo.

No obstante, tanto el secretario general del PP, Javier Arenas, como la coordinadora nacional de Organización, Ana Mato, han afirmado rotundamene en los últimos días que Aznar seguirá al frente de la dirección del partido hasta enero de 2005, fecha prevista para la celebración del XV Congreso Nacional.

Cualquiera de los dirigentes populares que aparecen como posibles sucesores de Aznar -Rato, Rajoy, Mayor, Gallardón, Zaplana, Arenas y Acebes- forman parte del Comité Ejecutivo Nacional del PP. No obstante, el actual alcalde de la capital dejará de serlo cuando abandone la Presidencia en funciones de la Comunidad de Madrid.