El estudio, titulado "Estaciones de Tren Europeas 2002" y en el que ha participado el Real Club Automóvil de España (RACE), se ha realizado a partir de las visitas durante los dos últimos meses del año pasado a las 23 estaciones de ferrocarril europeas más importantes para el tránsito internacional de turistas.

En el caso de Esaña, las estaciones analizadas son las de Chamartín, en Madrid, y Sants, en Barcelona; y ambas obtuvieron la calificación de "aceptable". Sólo una de ellas fue calificada como "muy buena", la estación central de Frankfurt (Francfort), en Alemania; y en el lado opuesto se situó la francesa de Lille-Flanders, cuya valoración fue "mejorable".

El informe afirma que la referencia europea en cuanto a nivel de servicio de las estaciones de tren es actualmente Alemania, cuyas estaciones han copado los siete pimeros puestos en la clasificación, y que la mayoría de los países europeos "tienen mucho que copiar de las estaciones germanas".

En el caso de las españolas, la de Chamartín ocupa el puesto 13 y la de Barcelona el 16. Según el RACE, si dejamos de lado las estaciones alemanas, puede afirmarse que estas estaciones, "al menos en cuanto a tráfico internacional de trenes se refiere, no desmerecen cuando se las compara con el resto de países europeos". El estudio indica que España está en esta materia al msmo nivel que Reino Unido o Italia, algo por debajo de Bélgica o Suiza, pero mejor que Austria, Francia y Holanda.

Las mejores valoraciones obtenidas por las estaciones españolas se consiguen en los aspectos de seguridad, servicios auxiliares (teléfonos públicos, alquiler de coches, restaurantes, tiendas y hoteles próximos, entre otros) y distancias interiores; y las peores en los servicios básicos (los relacionados directamente con el viaje) y de información.

En el caso de la estación de Chamartn, otro de los aspectos considerados deficiente es la inexistencia de carteles fácilmente reconocibles indicando las vías de salida (los típicos carteles verdes con el icono de una persona corriendo hacia una puerta abierta); y en la de Sants se apunta que quizás lo más desagradable para el viajero sea la presencia reiterada e insistente de mendigos en el interior de la estación.

DISCAPACITADOS

En lo relativo al acceso de las personas discapacitadas, en el caso de Chamartín, entre los aspectos más vlorados figuran las rutas de acceso para discapacitados físicos y las zonas de aparcamiento para discapacitados; y, entre los negativos, que la ayuda para acceder a los trenes en silla de ruedas sólo está disponible avisando con anterioridad por teléfono a la estación.

A juicio del RACE, aunque Chamartín y Sants están cerca de la media europea en este estudio, "no quiere decirse que no deban apuntar mucho más alto, sobre todo cuando hablamos del tercer país del mundo en cuanto a número de turistas". Pr ello, hace una serie de sugerencias a las estaciones españolas, entre ellas, la posibilidad, como sucede en Stuttgart, de que las ambulancias y vehículos de servicios de emergencia accedan directamente a los andenes.

También propone recorridos en las inmediaciones de la estación señalizados con bandas rugosas para invidentes, como ocurre en la de Zürich; postes de emergencia más fácilmente reconocibles y frecuentes y posibilidad de solicitar información básica de los servicios desde estos postes; aprcamientos para bicicletas; más cámaras de video-vigilancia, y tiendas con alimentos frescos en el interior de las estaciones, entre otras mejoras.