(ESTA NOTICIA AMPLIA LA NUMERO 47 DE HOY)
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El inspector José María Pérez Gutiérrez, uno de los cuatro policías supuestamente implicados en el asesinato de tres atracadores en 1984, reconoció hoy ante el tribunal del denominado "caso Corroto" que disparó a la cara de Feliciano Martín de Paredes.
El procesado negó sin embargo que disparara a bocajarro, apoyando su pistola sobre la cabeza de la víctima, sino que lo hizo "a bulto", a dos metros de distancia y en respuesta al fuego abiert por el delincuente cuando huía tras perpetrar un atraco a la joyería "Viuda de Tornero", situada en la madrileña calle de Atocha.
"Si le hubiese puesto la pistola entre ceja y ceja le habría estallado la cabeza como un melón", justificó respondiendo a una pregunta de su abogado defensor, Manuel Tuero.
El juicio contra Pérez Gutiérrez, el comisario Javier Fernández Alvarez (condenado a 29 años por la desaparición de "el Nani") y los inspectores Adelardo R. Martínez García y Jaime I. Cabezas de Herera Cavero, acusados de asesinar a los atracadores para apoderarse del botín, comenzó hoy en la sección sexta de la Audiencia Provincial de Madrid.
En la pirmera sesión sólo dio tiempo a interrogar a Pérez Gutiérrez y Cabezas de Herrera, que coincidieron en explicar que por aquellas fechas el comisario jefe de la Sección de Atracos de la Brigada Regional de Policía Judicial, Javier Fernández Alvarez, montó un servicio de vigilancia en la zona de Atocha tras recibir una información confidencial en la ue se le advertía que iba a producirse un importante atraco.
Ambos aseguraron que desconocían el establecimiento en que se iba a producir el robo, motivo por el que se movilizaron todos los grupos de la brigada, formados por 16 ó 18 personas.
Según el relato efectuado por los procesados ante el fiscal, el 18 de junio de 1984, día en que ocurrieron los hechos, los cuatro policías se encontraban en una cafetería vigilando el portal de la joyería, cuando vieron salir a un individuo sospechoso con unmaletín en la mano.
Por este motivo, decidieron subir a inspeccionar y una vez dentro del edificio se encontraron con los atracadores. Pérez Gutiérrez manifestó que todo fue muy rápido, que dieron el alto y vio a Martín de Paredes apuntándole con la escopeta y un fogonazo, "por lo que me tiré a la pared y disparé a bulto, por intuición, dos veces".
El cuerpo de Martín de Paredes presentaba sin embargo cuatro disparos. "Los dos de la cara se los pegué yo, pero nunca le toqué, y creo que Javier (Fenández Alvarez) le dio los otros dos", explicó. "Es posible que se acercara lo suficientepara que fuera a quemarropa".
Pérez García añadió que se quedó paralizado y llegó a pensar que un tiro le había alcanzado, por lo que Adelardo Martínez se quedó con él y desconoce lo que hicieron los otros dos compañeros.
Por su parte, Cabezas de Herrera dijo que vio caer, nada más entrar en el portal, primero a su compañero y luego el cuerpo de Feliciano casi a sus pies.
"Inmediatamente después vi a Pblo Pardo Ruiz, que subía las escaleras", matizó. "El comisario y yo fuimos tras él y al llegar a la entreplanta lo encontramos de frente y nos apuntaba con su revólver. Nos dijo 'quietos que os mato' y disparamos los dos para defender nuestra vida".
La persona que vieron en el portal, José Fernández Corroto, no volvió a ser vista por los policías.
DESAPARICION DEL BOTIN
Pérez Gutiérrez y Cabezas de Herrera afirmaron que todas las joyas que se incautaron fueron devueltas al dueño del taller, auque declararon que ninguno de los dos se había encargado de recogerlas y que ignoraban quién fue el encargado de hacerlo.
Los procesados negaron asimismo que la muerte, un mes después, de Fernández Corroto, al que según el fiscal dejaron escapar para justificar la desaparición del botín, fuese intencionada.
Ambos contestaron que no conocían al delincuente más que de haberle detenido en alguna otra ocasión y que no era cierto que hubiesen actuado de acuerdo con él.
Según su versión, acudieronal polígono industrial de Móstoles tras ser avisados por un confidente de que se iba a producir un atraco a una empresa, por lo que tres coches de la brigada se desplazaron hasta allí.
Uno de los vehículos, el que estaba ocupado por Fernández Alvarez, Pérez Gutiérrez y Cabezas de Herrera, interceptó un automóvil al que dieron el alto y el comisario pidió la documentación al conductor.
Relataron que éste sacó una pistola de la guantera del coche y disparó sobre ellos, por lo que se vieron obligado a utilizar sus armas. "Yo disparé al bulto y me tiré al suelo", explicó Pérez Gutiérrez, mientras que Cabezas de Herrera dijo que se agachó tras notar un impacto en el coche "y no vi más". El sospechoso, que resultó ser Fernández Corroto, murió en el acto.
Pérez Gutiérrez se negó a contestar a las preguntas de Jaime Sanz de Bremond, letrado de la acusación particular que representa a los familiares de Pardo Ruiz, "porque su animadversión es manifiesta".
El incidente se debió a que el abogado empzó su interrogatorio queriendo demostrar que el verdadero nombre del procesado es José María Pérez Reverte Gutiérrez -hizo exhibir su certificado de nacimiento, en el que así consta-, ya que esta parte le acusa también de uso público de nombre supuesto.
(SERVIMEDIA)
14 Oct 1991
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