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El gerente del Consorcio para el Realojo de la Población Marginada, José Luis Gómez, declaró hoy a Servimedia que está convencido de que en Madrid siempre existirán chabolas, a menos que todas las comunidades autónomas pongan en marcha programas de vivienda pública que contribuyan a erradicar de una mnera eficaz este fenómeno.
Según los últimos datos del consorcio, recogidos en diciembre del año pasado, en Madrid hay 1.092 chabolas censadas, cuyos moradores tienen derecho al realojamiento, cifra a la que hay que añadir otras 575 infraviviendas consideradas ilegales.
Gómez destacó la labor realizada por el Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada, que comenzó su andadura en 1986, cuando la capital contaba con 2.673 chabolas, más del doble de las que hay censadas actualmente. En su opinión, el problema del chabolismo se agrava en Madrid porque la ciudad recibe un gran flujo de visitantes, tanto extranjeros como españoles, que consideran que en la capital tendrán mejores perspectivas de trabajo o podrán obtener más fácilmente una vivienda.
Añadió que en Madrid se produce la paradoja de que, a pesar de ser la comunidad con más programas de vivienda pública en marcha, siguen levantándose chabolas, tanto de inmigrantes como de gitanos, que luego esperan obtener un piso por arte de la Administración.
Gómez hizo estas reflexiones a propósito de unas acusaciones vertidas hoy por dos colectivos gitanos, Desarrollo Gitano y Romapalí, que denunciaron el nivel de "ineficacia y degradación" alcanzado por la Administración en la resolución del problema del chabolismo en Madrid.
El gerente del consorcio reconoció que el año pasado no se emprendió ninguna actuación nueva de construcción de viviendas, debido en parte a problemas presupuestarios y de financiación.
No obstate, se mostró convencido de que el consorcio es un instrumento útil para la erradicación del chabolismo en Madrid y de que las administraciones que lo integran son conscientes del trabajo llevado a cabo por este organismo.
Por otra parte, Gómez hizo una serie de precisiones respecto a una denuncia formulada por los dos colectivos gitanos citados, que aseguraban que unas viviendas entregadas hace tres meses en La Rosilla y La Quinta presentaban graves deficiencias de construcción.
El responsable dl consorcio dijo que la empresa constructora se está encargando de reparar las deficiencias advertidas por los vecinos, relativas al mal funcionamiento de las chimeneas y de los cierres de los garajes.
(SERVIMEDIA)
26 Ene 1993
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