Unos 40.000 españoles mueren al año a consecuencia de enfermedades relacionadas directamente con el tabao, como la cardiopatía isquémica, el cáncer de pulmón, la bronquitis crónica o el enfisema pulmonar.

Para que el fumador tome conciencia de los riesgos que conlleva esta adicción, el próximo viernes, día 31, se celebra el Día Mundial sin Tabaco, jornada en la que las autoridades sanitarias solicitan a los fumadores el esfuerzo de no consumir tabaco durante 24 horas.

La mortalidad entre los fumadores es de un 30 a un 80 por ciento más elevada que en el caso de los no fumadores, según un trabajo relizado por el doctor Eduardo Alegría, cardiólogo de la Clínica Universitaria de Navarra.

El índice de mortalidad varía, en opinión del experto navarro, dependiendo de la cantidad de tabaco fumado al día y de la edad en la que la persona adquirió el hábito.

Recientes estudios realizados por neumólogos madrileños aseguran que el organismo humano tarda más de diez años en eliminar las toxinas y alquitranes que producen los cigarrillos.

FUMADORES PASIVOS

El humo del tabaco en sus diferentes fomatos es una mezcla de más de 1.200 sustancias. La mayor parte de sus componentes tóxicos nacen de la combustión del papel y el tabaco y afectan tanto a los fumadores como a los no fumadores.

Según varios estudios realizados en España, el humo encerrado en una habitación contiene 5 veces más monóxido de carbono, 3 de alquitrán y nicotina, 4 de benzopireno y 46 de amoniaco que el que aspira directamente el fumador.

El problema de los fumadores pasivos es mucho más preocupante para los hijos de pades que consumen este producto. En la comunidad andaluza un grupo de expertos ha comprobado cómo entre estos niños existe una mayor tendencia a padecer enfermedades pulmonares que entre el resto de la población infantil.