Moratinos indicó que Javier Castro González, de 48 años, era natural de Bilbo, aunque vivía en la localidad madrileña de Las Rozas y trabajaba en la empresa Santa Bárbara. Permanecía junto a dos compañeros de trabajo en Turquía, mientras que su familia está en León disfrutando de las vacaciones de Semana Santa.

El diplomático español anunció que los restos mortales de Castro podrían ser repatriados a España el próximo martes, si para entonces concluyen los trámites burocráticos que el consulado ya ha iniciado ante las autoridades turcas y si el juez instructor del caso no decde practicarle la autopsia, lo que retrasaría la partida del féretro.

El agregado consular señaló que uno de los tres españoles que resultaron heridos en el atentado, Manuel Guzmán Botas, de 50 años, estaba siendo intervenido quirúrgicamente a las 17 horas de la tarde en el Hospital Americano de Estambul, con el fin de extraerle del estómago restos de la metralla que se incrustaron en su cuerpo.

El estado del herido no hace temer por su vida, a menos que se produzcan complicaciones pos-operatoria. Según el agregado consular, Guzmán Botas es primo de las otras dos personas heridas en el acto terrorista, el matrimonio formado por María Teresa García Guzmán y José Manuel Sánchez Guzmán, que fueron ingresados en el Hospital Hsaki de la capital turca.

El diplomático español destacó que tampoco corren peligro sus vidas e indicó que la mujer fue operada en ese centro sanitario esta mañana para extraerle unas esquirlas de su pierna, mientras que su marido fue atendido de las heridas que le produjo laexplosión, aunque ninguna de gravedad.

Todos ellos, que serán repatriados en cuanto su estado de salud lo permita, residen en Las Palmas de Gran Canaria y se encontraban visitando el Gran Bazar en compañía del hijo de matrimonio, Jonás, que resultó ileso. Habían llegado a Turquía en un viaje organizado, cuyo regreso a España está previsto para el lunes.

Según relató Moratines, el atentado ocurrió a las 10,50 horas de esta mañana en una calle interior del Gran Bazar, que a esa hora se encontraba leno de turistas, en las proximidades de una oficina de cambio de moneda.

El artefacto explosivo estaba oculto en una caja de limpiar zapatos situada en la entrada de una tienda y su deflagración causó la muerte a una mujer tunecina y heridas a otras 11 personas, además de los españoles, así como importantes desperfectos en las instalaciones del Gran Bazar.

El diplomático añadió que tras el atentado, el consulado español en Estambul se vio inundado de llamadas de alarma de los miles de españoles qe estos días visitan la capital turca, "que está llena de españoles", a quienes se les ha recomendado que "eviten los lugares cerrados, como el Gran Bazar".

La mayoría de estos turistas españoles tienen previsto regresar a nuestro país entre mañana, domingo, y el lunes, coincidiendo con el final de las vacaciones de Semana Santa.

Este es el segundo atentado perpetrado en Turquía del que son víctimas ciudadanos españoles. El pasado domingo, la estudiante vallisoletana Patricia Hernández, de 21 año, sufrió heridas leves en su hombro como consecuencia de la explosión de otra bomba cuando visitaba junto a un amigo alemán, que también sufrió heridas, los jardines del museo de la mezquita de Santa Sofía, uno de los lugares turísticos más frecuentados por los extranjeros.

El atentado fue reivindicado posteriormente por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo separatista que frecuentemente ataca a los turistas extranjeros que visitan Turquía, por lo que se sospecha que pueda ser l autor de la explosión de esta mañana.

Con la acción terrorista de hoy, son tres los atentados cometidos contra zonas turísticas en los últimos diez días y el segundo perpetrado en el Gran Bazar, donde el pasado día 24 estalló otra bomba en unos servicios, causando 4 heridos.