Así se desprende de datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que la media de superficie calcinada entre enero y abril del último decenio es de 21.910 hectáreas. Los mejores años fueron 2016 (3.088,84 hectáreas), 2018 (7.750,22) y 2015 (13.257,77), y los peores, 2017 (43.662,63), 2019 (36.563,01) y 2014 (25.314,31).

Durante el primer cuatrimestre se registraron 1.809 siniestros forestales, de los que 771 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 1.038 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,059% del territorio nacional, un total de 2.611,04 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 11.439,19 hectáreas de matorral y monte abierto, y 2.241,27 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 53,29% de los incendios y conatos forestales, mientras que el resto de los siniestros se reparten entre el área mediterránea, con un 26,92%; las comunidades interiores (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 19,46%, y Canarias, con un 0,33%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 84,18% pertenece al noroeste; un 10,95% al área mediterránea, y un 4,87% a las comunidades interiores.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo también en el noroeste (88,86%), por delante de la cornisa mediterránea (7,37%) y las comunidades interiores (3,77%).