Así lo explicaron hoy la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, y la directora general de ESO, Catherine Cesarsky, en rueda de prensa. Una vez aprobado el acuerdo por el Gobierno y el Parlamento, España entrará a formar parte de este organismo.

España tendrá que pagar para su adhesión una cuota de ingreso de 49,15 millones de euros, y deberá aportar 17,24 millones de euros en especie, es decir, a través de trabajos, programas informáticos, horas de coparticipación y desarrollos, según aclaró la ministra. La cuota anual, estipulada en función del PIB, ascenderá a cerca de diez millones de euros anuales.

La financiación de estas cantidades está ligada a un fondo específico para investigación y para la construcción de grandes instalaciones, de 200 millones de euros. En este sentido, la ministra insistió en que el Gobierno, en su programa electoral, se comprometió a incrementar el presupuesto de I+D+i.

San Segundo incidió en el hecho de que España ocupa la octava posición del mundo en investigación tecnológica en este campo, con cerca de 500 investigadores y 30 instituciones que trabajan en este área de estudio. Además, puntualizó que, si el porcentaje global medio de publicación científica español respecto al resto de publicación mundial es el 3,02%, en relación al caso específico de la Astrofísica este porcentaje asciende al 5,79%.

A través de la adhesión de España al ESO, los astrónomos españoles podrán beneficiarse de la utilización de la alta tecnología con la que cuenta el Observatorio, de contar con un punto de observación situado en el hemisferio Sur (en Chile, concretamente, donde se encuentran las diferentes instalaciones del ESO) y de la participación en la realización y diseño de los nuevos proyectos que emprenderá este organismo.

Asimismo, la ministra afirmó que la incorporación a este Observatorio, que fue fundado en 1962, será positivo también para las empresas españolas relacionadas con el desarrollo tecnológico, que participarán en la construcción y el mantenimiento de las infraestructuras del ESO.

Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza y Finlandia forman ya parte del ESO. Según vaticinó Cesarsky, los próximos países que podrían convertirse en miembros, tras España, son la República Checa y Austria. Además, explicó que el ingreso de un nuevo país debe ser aprobado por unanimidad por todos los miembros.

El Observatorio Europeo Austral opera con tres observatorios ubicados en el desierto de Atacama (Chile): el de La Silla, el de Paranal y el del Llano de Chajnantor, donde se está desarrollando el proyecto "Alma", con la colaboración de Estados Unidos y en el que España ya participa.

En estos observatorios se cuenta con telescopios VLT ("Very Large Telescopes", de ocho metros de diámetro), telescopios ópticos e infrarrojos, interferómetros y radio telescopios. Dentro de sus próximos proyectos, el ESO prevé la constucción de un ELT o telescopio gigante ("Extremely Large Telescopes", de más de 30 metros de diámetro).

Estas instalaciones complementarán las que ya existen en suelo español, como el Gran Telescopio Canarias, actualmente en la recta final de su construcción. Además, el ESO estudia la posibilidad de que el observatorio del Roque de Los Muchachos (isla de La Palma) albergue a este futuro telescopio gigante.