Aedenat señaló que los otros dos accidentes son el vertido de agua radiactiva de la antigua Junta de Energía Nuclear (JEN), que ocurrió en 1973, y el incendio registrado en 1989 en la Central Nuclear de Vandellós I.

Según esta asociación ecologista, el incidente de la factoría de Acerinox se debe clasificar en el nivel tres de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares, el mismo que se otorgó al acciente de Vandellós I.

Asimismo, informó de que la hipótesis más verosímil de cómo se produjo el suceso es que la empresa importara una fuente encapsulada de cesio-137, un elemento radiactivo muy volátil que emite radiactividad beta y rayos gamma, con una vida media de 30 años. La actividad de la fuente debía de ser de unos 5 curios, según indican los primeros análisis del Consejo de Seguridad Nuclear.

Aedenat apuntó que la fábrica cuenta con una entrada principal con pórtico para medida de posiblematerial radiactivo entre la chatarra, y otra que no dispone de estos controles, por lo que deduce que la chatarra, o entró por esta segunda puerta, o si lo hizo por la principal el sistema de detección de radiactividad no es lo suficientemente sensible como para detectar una fuente de las características de la que provocó la contaminación.

La organización cree que al ser el cesio-137 un elemento volátil, es posible que la contaminación de los aceros producidos con la chatarra contaminada sea baja, yaque una parte se dispersaría por la atmósfera y otra quedó retenida en los filtros y los enfriadores de la acería.

Finalmente, Aedenat celebró que los índices de contaminación entre los trabajadores afecados sean bajos, pero añade que esto no significa que las emisiones totales de radiactividad también lo fueran, por lo que exigió que se someta a análisis y controles radiológicas a todos los habitantes del entorno de la acería que lo soliciten.