De esta forma contesta el Episcopado español a ciertas informaciones aparecidas en distintos medios de comunicación, en las que se decía que el obispo de Huesca, Javier Osés Flamarique, había apoyado la organización del citado congreso.

"Nngún obispo español, ni directa ni indirectamente, ha animado a los organizadores o participantes en este Congreso a sostener ninguna opinión contraria a las actuales enseñanzas de la Iglesia, ni a ejecutar acto alguno en contra de sus normas y disposiciones. Cualquier manifestación en otro sentido debe ser considerada como un abuso y una manipulación", indica la citada nota.

Igualmente, el Episcopado español desautoriza y lamenta que los participantes al Congreso celebraran la Eucaristía en las instaaciones de una comunidad religiosa, "trasgrediendo ostentosamente las normas litúrgicas y canónicas".

El comunicado añade que todos los obispos españoles "estamos plenamente de acuerdo con la doctrina y disciplina vigente en la Iglesia católica sobre el ministerio y la vida de los sacerdotes".

Recuerda también que el sacerdote preside la comunidad cristiana "con una autoridad y responsabilidad que no le vienen de la comunidad misma y que por tanto no pueden ser desempeñadas por ningún otro miembr de la comunidad que no haya recibido el sacramento del Orden".