El presidente actuará como portavoz único de la agencia en situaciones de crisis alimentaria, aprobará el plan general de comunicación de riesgos y dirigirá la coordinación interterritorial, intersectorial e interdepartamental en esas situaciones de crisis, como la última del aceite de orujo.

Asimismo, el presidente acordará, previo informe el Consejo de Dirección, la elaboración de estudios e informes, que normalmente serán encargados al Comité Científico de la Agencia de Seguridad Alimentaria, compuesto por 20 miembros de reconocida competencia científica, quienes a su vez podrán proponer por propia iniciativa al Consejo de Dirección la realización de investigaciones o trabajos concretos.

Todos los miembros de la agencia, así como los de los distintos comités, deberán guardar confidencialidad, estando previstas las relaciones con los mdios de comunicación a través de la Oficina de Comunicación de Riesgos Alimentarios, que dependerá de la Dirección Ejecutiva.

Según el Estatuto, la Agencia de Seguridad Alimentaria realizará su labor "sin perjuicio de las competencias ejercidas por otros departamentos en materia agroalimentaria o medioambiental, en aspectos que puedan incidir indirectamente en la seguridad de los alimentos y productos alimenticios destinados al consumidor"; es decir, respetando las respectivas competencias en materia e salud pública, agricultura y ganadería o medio ambiente de comunidades autónomas, diputaciones, cabildos y ayuntamientos.

Asimismo, la agencia carece de competencias en el control higiénico-sanitario de mercancías alimentarias en frontera, que seguirá en manos de la autoridad estatal competente en materia de sanidad exterior.