Eric B. Elbogen, autor del estudio, ha analizado datos de 34.653 personas extraídos de la encuesta epidemiológica nacional sobre consumo de alcohol y dolencias relacionadas en Estados Unidos, y ha llegado a la conclusión de que los enfermos con esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión no son más violentos que el resto de la población.

Elbogen añade que para que estos pacientes tengan este tipo de comportamientos es necesario que concurran otros factores, como, por ejemplo, que consuman alcohol, cannabis, cocaína, alucinógenos o anfetaminas, o que hayan sido testigo de situaciones violentas entre sus padres, víctima de abusos sexuales, o que sus progenitores hayan tenido problemas con la justicia.

Sin embargo, si los pacientes tienen trastornos mentales severos y además dependencia de drogas, alcohol, o los problemas familiares antes mencionados, el riesgo de comportamientos agresivos puede llegar a multiplicarse por cuatro, precisa la investigación.