En declaraciones a Servimedia, el doctor Moreno, que dirige el Servicio de Endocrinología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, explicó que la dieta debe ser, en la medida de lo psible, variada, equilibrada en principios inmediatos (hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales) y pactada con el paciente para conseguir los objetivos propuestos.

Desde la Sociedad Española de Endocrinología se está trabajando para hacer conocer a la opinión pública que existe un gran fraude en estos procedimientos, que prometen adelgazar sin esfuerzo y "con dietas sin el menor fundamento nutricional ni científico".

Por ello, los doctores Moreno y Lajo han elaborado un cuaderillo en el que ha recogen dietas de adelgazamiento heterodoxas y pintorescas que circulan en los países occidentales. Estos expertos las han agrupado en siete apartados.

Entre las dietas sin fundamento científico ni filosófico, este experto apunta la de la Clínica Mayo, que promete un cambio de metabolismo y con excesivo consumo de huevo; la de la bailarina Erna Carise, que ella proclamaba como "eficaz, divertida y alcohólica", o la de leche y plátano, basada en la creencia popular de que la combinacin de estos dos alimentos aumenta la función tiroidea.

Otros planes "milagrosos" y con muchos adeptos ocasionales son: la dieta de un día de fruta, la de los astronautas, la del marisco, la del pomelo, la de los 13 días, la de los quesos, la de Rafaela Carrá o la más reciente de la sopa de verdura, apuntó el doctor Moreno.

VEGETARIANAS Y MACROBIOTICAS

Entre las dietas asociadas a filosofías o estilos de vida, explicó que las vegetarianas, basadas en la ingestión de alimentos vegetales y en el rehazo de los de origen animal, son peligrosas para niños, adolescentes y mujeres embarazadas y lactantes, por la carencia de proteínas de alto valor biológico, que tienen una misión estructural.

En el caso de las macrobióticas, asociadas a la filosofía Zen, "llegan a extremos tan absurdos que aconsejan primordialmente arroz, trigo, cebada, maíz y avena, pero no tomates, berenjenas, espárragos, patatas ni pepinos". Lo más disparatado es la limitación en el consumo de agua y la creencia de que el organiso humano es capaz de la transmutación de los elementos químicos.

Las dietas higienistas, introducidas por Herbert Sheldom a finales del siglo XIX y sustentadas en la combinación o separación de grupos de alimentos en una misma comida, consideran que las proteinas y los hidratos de carbono no pueden ser digeridos y asimilados cuando se encuentran juntos en la misma comida porque para su digestión necesitan un medio ácido.

Las más peligrosas son las hipergrasas y entre ellas la que ha tenido más seuidores es la propuesta por Montignac en 1992. Se fundamentan en la teoría de que la glucosa es un producto tóxico que debe evitarse a toda costa para que no se libere insulina.

Por último, las hiperproteicas consisten en reducir los hidratos de carbono y las grasas, aumentando por consiguiente el contenido proteico. El doctor Moreno las considera desequilibradas y peligrosas para personas obesas.