Entre las dietas sin fundamento científico ni filosófico, estos expertos citan la de la Clínica Mayo, que promete un cambio de metabolismo y con excesivo consuo de huevo; la de la bailarina Erna Carise, que ella proclamaba como "eficaz, divertida y alcohólica", o la de leche y plátano, basada en la creencia popular de que la combinación de estos dos alimentos aumenta la función tiroidea.

Otros planes descompensados nutricionalmente y con muchos adeptos ocasionales son: la dieta de un día de fruta, la de los astronautas, la del marisco, la del pomelo, la de los 13 días, la de los quesos, la de Rafaela Carrá o la más reciente de la sopa de verdura.

Entrelas dietas asociadas a filosofías o estilos de vida, explican que las vegetarianas, basadas en la ingestión de alimentos vegetales y en el rechazo de los de origen animal, son peligrosas para niños, adolescentes y mujeres embarazadas o lactantes, "por la carencia de proteínas de alto valor biológico, que tienen una misión estructural".

FILOSOFIA ZEN

En el caso de las macrobióticas, asociadas a la filosofía Zen, "llegan a extremos tan absurdos que aconsejan primordialmente arroz, trigo, cebada, maízavena, pero no tomates, berenjenas, espárragos, patatas o pepinos". Lo más disparatado, según el texto, es la limitación en el consumo de agua y la creencia de que el organismo humano es capaz de la transmutación de los elementos químicos.

También critican las dietas higienistas, introducidas por Herbert Sheldom a finales del siglo XIX y sustentadas en la combinación o separación de grupos de alimentos en una misma comida, que consideran que las proteinas y los hidratos de carbono no pueden ser digerdos y asimilados cuando se encuentran juntos en la misma comida porque para su digestión necesitan un medio ácido.

Las más peligrosas, a su juicio, son las hipergrasas y entre ellas la que ha tenido más seguidores es la propuesta por Montignac en 1992. Se fundamentan en la teoría de que la glucosa es un producto tóxico que debe evitarse a toda costa para que no se libere insulina.

Por último, las hiperproteicas consisten en ir reduciendo los hidratos de carbono y las grasas, aumentando por consigiente el contenido proteico. El doctor Moreno las considera desequilibradas y peligrosas para personas obesas.