Sin dar directamente el nombre del diario "Abc", Sánchez aseguró que lamentaba "que un medio de difusión nacional se haya anticipado a publicar, mutilado, el texto del Papa, que estaba embargado hasta las doce del mediodía de hoy".

Afirmó tajantemente que "todo el mundo puede estar seguo de que ni el Vaticano, ni el nuncio apostólico, ni la Conferencia Episcopal han autorizado ni concedido una exclusiva a un medio de comunicación", y señaló que se reserva la adopción de medidas contra el rotativo.

"CLARA, VALIENTE Y OPTIMISTA"

El secretario de la Conferencia Episcopal resumió los puntos más relevantes de la encíclica, que calificó de "clara, valiente y optimista" y en la que destacó fundamentalmente la defensa de la vida, con referencias concretas al aborto, la eutanasia y la penade muerte.

En cuanto a las reacciones suscitadas por el resumen que publicó "Abc", el portavoz del Episcopado señaló que "quien se alegra de que España no sea un Estado confesional, olvida que no hay países católicos, sino católicos en los países, luego esta encíclica va dirigida a personas, no a gobiernos".

"Hay quien ha dicho que este texto del Santo Padre es una vuelta al pasado, y habría que valorar que quizá hay un pasado al que es necesario volver: un pasado en el que hay un mayor respeto aciertos valores fundamentales", aseguró Sánchez.

INFALIBILIDAD

Juan Antonio Martínez Camino, director del Secretariado de Doctrina de la Fe, señaló acerca de la infalibilidad del texto de Juan Pablo II que "el respeto y la defensa de la vida es una doctrina indubitable y definitiva dentro de la Iglesia, como lo es la existencia de Dios".

"No es necesario que se califique como exento de error una decisión que ha sido siempre unánimemente respetada por los representantes de la Iglesia, que son asstidos por el Espíritu Santo", concluyó Martínez Camino.

PENA DE MUERTE

Por lo que se refiere a la pena de muerte, en la encíclica merece un apartado en el que se alude a "una tendencia progresiva de la Iglesia a pedir una aplicación muy limitada", figura con una posible justificación en los casos en que "la defensa de la sociedad no sea posible de otro modo".

Martínez Camino matizó este asunto diciendo que "no se puede acusar a la Iglesia de connivencia con los poderes, porque de hecho no bendce la pena de muerte y rechaza su aplicación, especialmente en sociedades que tienen un alto grado de desarrollo".