"El elefante, un animal amado e incluso a menudo veerado, se ha convertido en una amenaza para muchos habitantes de las regiones donde vive este animal", explica Elizabeth Kemf, responsable de información sobre la conservación de las especies de la WWF.

Las rutas tradicionales de migración de estos animales son a menudo interrumpidas, lo que puede provocar violentos choques con las poblaciones locales cuando los elefantes devoran los terrenos cultivados. En estos casos, los granjeros no dudan en envenenar o en matar a los animales y en vender su carne su piel y sus cuernos.

Respecto al tráfico de marfil, el informe denuncia que se basa, sobre todo, en la captura de los elefantes machos asiáticos, lo que provoca graves desequilibrios entre sexos y pone en peligro la reproducción de este gran animal.

Por estas razones, la WWF pide a los gobiernos que tomen medidas para que las empresas que explotan los recursos naturales respeten la biodiversidad de los bosques y para que vigilen el respeto del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especis Amenazadas (Cites).

Por último, la WWF lanza un llamamiento para que los países desarrollados ayuden económicamente a los más pobres. "La supervivencia a largo plazo de los elefantes de Asia costará seguramente dinero", asegura Elizabeth Kemf.