Este código ético se concreta en diez medidas inspiradas en cuatro principios fundamentales exigibles a los gobernantes que son: lealtad, dedicación, transparencia y responsabilidad.

Entre otras propuestas, el código incluye un aartado en el que señala que los militantes y cargos de representación deberán asumir el compromiso, por escrito, de renunciar al escaño o puesto que ocupan si deciden abandonar la formación política por la que fueron elegidos.

Otro de los puntos de este código es que los militantes del PP deben asumir el compromiso de dedicarse a la tarea pública con sujeción a un sistema de incompatibilidades que tiene la formación política.