En declaraciones a los periodistas, López Santos explicó que, a partir de esa fecha, los fabricantes de los bienes susceptibles de contar con algún defecto por el "efecto 2000" ya conocían las consecuencias que este fenómeno puede ocasionar.

Los usuarios tambié pueden interesarse por los defectos de los productos fabricados antes de 1996, aunque López Santos añadió que "el problema en este caso es más complejo y habría que examinar caso a caso, en función de la información que manejaba la empresa en aquellas fechas".

Ante un posible desperfecto en algún bien, López Santos aconsejó a los consumidores que se pongan en contacto con el proveedor para que les solucione el problema. En caso contrario, deben dirigirse a una organización de consumidores o a alguna ficina de información al consumidor, que asesorarán al afectado incluso si éste decide acudir a la justicia.

Según López Santos, los productores tienen la obligación de indemnizar a los consumidores afectados, por lo que, en el caso de que no ocurra este supuesto, el Instituto Nacional de Consumo interpondrá una sanción a la empresa que no dé explicaciones o eluda responsabilidades ante posibles fallos por el "efecto 2000".

Por otra parte, el Instituto Nacional de Consumo ha recomendado a los empesarios de los sectores implicados en el "efecto 2000", principalmente el de la informática, que coloquen en sus productos una etiqueta que indique que éstos están preparados para afrontar este fenómeno.

Sin embargo, López Santos descartó que esta iniciativa tenga éxito, ya que desde el 1 de enero de 1996 "todos los productores saben qué es el 'efecto 2000' y a qué deben atenerse".