En rueda de prensa, Campa justificó estas previsiones en el hecho de que el petróleo, causa fundamental de las tasas negativas de inflación, alcanzó su precio más elevado en julio de 2008 y que a partir de entonces cayó de manera sustancial.

Por ello, según el secretario de Estado, si la evolución de los precios energéticos se mantiene en los ritmos actuales, lo previsible es una corrección de la caída de la inflación.

Así, rechazó de nuevo que España se encuentre en un proceso de deflación, ya que lo que ocurre no es una "caída generalizada de precios".

Finalmente, pese a admitir que la caída de los precios también se debe a una cierta debilidad de la demanda, destacó que esta tasa supone una ayuda a la renta de las familias y a la competitividad exterior de las empresas.