La Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (Coda) y la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) acusaron a la industria agroquímica de intentar invadir los mercados con alimentos transgénicos, por lo que reclamaron al Gobierno que prohíba estos productos.

Según los ecologistas, la manipulación genética de los alimentos entraña graves risgos para la salud y el medio ambiente, y pone en peligro los ingresos de los pequeños agricultores.

Aedenat centró sus críticas contra la multinacional Novartis, a la que acusó de intentar comercializar su maíz transgénico en España.

Asimismo, la organización ecologista denunció la actitud de la Comisión Europea (CE), por entender que actúa de valedora de los intereses de Novartis para conseguir que el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE autorice la comercialización de su producto. Para Aedenat, la autorización sería contraria al "principio de precaución" y pondría en entredicho la obligación de los gobiernos de proteger a sus ciudadanos mediante la aplicación de este principio.

El maíz de Novartis fue modificado para introducirle una proteína con propiedades insecticidas. Los ecologistas sostienen que la proteína puede afectar a poblaciones de insectos beneficiosos y alterar el equilibrio biológico.