Los ecologistas intentan concienciar a la opinión pública del peligro y riesgos que, a su juicio, entraña la explotación de esta fuente energética.

Las organizaciones conservacionistas han recordado las catástrofes nucleares de Windscale(Gran Bretaña) en 1975, Harrisburg (EE.UU) en 1979 y Chernobil (Ucrania) en 1986.

Asimismo, insisten en que el aumento de la edad media de los reactores hace crecer las probabilidades de accidentes como el que sufrió la central de Vandellós I, y mantienen que "con cargo a nuestros recibos de la luz estamos pagando los más de 600.000 millones de pesetas que cuestan las centrales en construcción de Lemoniz, Trillo II y Valdecaballeros".

Además, consideran como un grave escándalo la acumulación de ms de 200.000 metros cúbicos de residuos de baja y media actividad en el almacenamiento de "El Cabril" (Córdoba).