En su intervención en la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para dar cuenta del último Consejo Europeo, del Plan de Respuesta y de su posición sobre el Sahara Occidental, Echenique comenzó acusando al presidente de Vox, Santiago Abascal, que habló justo antes que él, de no haberse apenas referido a la invasión de Rusia, al volver a decir que la ultraderecha española y europea es aliada del presidente ruso, Vladimir Putin. También le afeó su “negacionismo climático”.

Echenique dio las gracias a los representantes del Frente Polisario que acudieron al Congreso y saludó los avances en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania con un mediador, como venía reivindicando Unidas Podemos desde el principio. Acto seguido, reconoció que su intervención era “difícil” por formar parte de un Gobierno de coalición pero no estar de acuerdo en todo con el PSOE, pero desdeñó los intentos de presentar cada disensión como una crisis de Gobierno.

Tras estos preámbulos, abordó en primer lugar el desacuerdo respecto al Sahara, respecto al que sólo caben dos posiciones: o la libre determinación del pueblo saharaui o mantener el territorio como provincia marroquí, con una autonomía aún por determinar puesto que Rabat la ha ofrecido sin concretar. Aseguró que la primera es la posición de la ONU, de Unidas Podemos y la que figura en el programa electoral del PSOE, y la segunda la de Marruecos, la del expresidente de EEUU Donald Trump ahora asumida por su sucesor, Joe Biden, y ahora desgraciadamente por España.

Así, retó a Sánchez a decir que defiende la libre determinación del Sahara y, como ha hecho muchas veces Unidas Podemos, estableció un paralelismo entre las reclamaciones de Putin sobre el Dombás o Crimea y las de Marruecos sobre el territorio saharaui, del que, encima, España es potencia descolonizadora.

Reconoció que se trata de “un conflicto enquistado”, pero dijo que “es dudoso que una solución de autonomía lo vaya a resolver”, apelando al ejemplo similar de Eritrea, que acabó con la guerra con Etiopía. Por tanto, señaló que el Gobierno “tiene el deber de escuchar y reflexionar” a los grupos parlamentarios y a UP, porque eso es “cuidar la coalición de Gobierno”.

EL "SELLO" DE UNIDAS PODEMOS

Pasando a las medidas contra la guerra, se declaró “orgulloso” del Gobierno por sus “decisiones valientes para proteger la vida de la gente”, y, como estos días, insistió en que viendo esas medidas, que “llevan el sello de Unidas Podemos”, se “entiende perfectamente” por qué” la derecha no quiere a Unidas Podemos dentro del Gobierno. Según dijo, eso “desmonta el relato” de la derecha de que ella gobierna mejor.

En concreto, reivindicó que sin el espacio confederal no se habría puesto el límite del 2% al incremento del precio del alquiler, algo que se presentaba como un “anatema” pero vinculó con la intervención en los precios de la energía, los carburantes y las mascarillas. Ante el dato de inflación del 9,8% que se hizo público esta mañana, se reafirmó en que habría sido una tragedia que los inquilinos pagaran un 10% por su vivienda.

También defendió como “una muy buena noticia” la minoración de los beneficios caídos del cielo, el cheque de ayuda asociado al ingreso mínimo vital, que se vaya a incrementar el número de perceptores del bono social energético; las ayudas directas a transportistas, mundo rural y pescadores; la bajada de carburantes y la protección de las mujeres víctimas de trata y que se incorpore el ucraniano al 016. Eso sí, insistió en que hay que abrir el debate de la reforma fiscal para subir los impuestos a las grandes fortunas, y confió en que se pueda desacoplar el gas del sistema de fijación de precios y llamó a “escuchar mucho a los grupos parlamentario que sí quieren apoyar”, no como el PP y Vox.

Ante estas medidas, Echenique se preguntó “qué va a hacer el nuevo PP, qué va a hacer el señor Feijóo” cuando haya que votar el decreto en el Congreso. Presentó el decreto, con sus intervenciones, como “algo radicalmente contrario a la ideología neoliberal”, y dedujo que “si el PP vota algo diferente estará ejerciendo un voto táctico para intentar seguir construyendo este relato de que el señor Feijóo, aunque tenga amigos narcotraficantes, es un señor muy moderado”. A los murmullos de reproche de la bancada popular, contestó que “hay foto”, en alusión a la que hace años le retrató en un yate con el narcotraficante Marcial Dorado.

El portavoz de Unidas Podemos también tuvo una última recriminación al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien retó a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a que, si no permite despedir empleados en una crisis, monte una empresa. Según dijo, su argumento “se parece bastante” al de “si te gustan los inmigrantes, mételos en tu casa”.