Aunque el consejero de Agricultura de la Junta de Extramadura, Eugenio Alvarez, anunciaba días atrás que la planta azucarera sólo cerraría este año de forma eventual, a causa de la sequía del 95, los agentes implicados en la producción de azúcar están iniciando contactos para evitar que el cierre se roduzca.

El sector remolachero considera que si el centro de La Garrovilla ciera en 1996, daría pie a Ebro para desmantelar definitivamente la empresa.

Por ello, el comité de empresa de Azucarera del Guadiana y la Asociación Provincial Remolachera de Badajoz está negociando traer remolacha desde Sevilla, donde este año hay superproducción, y desde Portugal para que se molture en la planta extremeña, de forma que ésta pueda mantenerse activa al menos un mes.

La producción de remolacha de Extrmadura ha descendido desde las 244.000 toneladas del 94 a las 40.000 que se prevé este año. Azucarera del Guadiana, que cuenta con 51 empleados fijos y 175 fijos discontinuos, tiene una capacidad de molturación de 3.200 toneladas diarias, por lo que con la producción actual apenas permanecería 12 jornadas abierta, según Alfonso Monterrey, portavoz de la asociación remolachera.

Si finalmente sale adelante la operación 'Sevilla-Portugal', se conseguiría llegar a las 90.000 toneladas de remolacha, con locual la fábrica podría abrir de 30 a 35 días. De esta forma, los trabajadores fijos tampoco tendrían que desplazarse a otras plantas de Andalucía para mantener su empleo, como se baraja en la actualidad.

Precisamente, el próximo martes el director de Recursos Humanos de Ebro, Antonio Calleja, viajará a La Garrovilla para reunirse con los trabajadores y analizar la situación de la empresa.

Fuentes del sector denunciaron que Ebro tiene previsto cerrar al menos dos de sus fábricas, y baraja los nombes de las plantas de Badajoz, la de Venta de Baños y la de Medina del Campo.