Fundado en 1990, el OGD es una organización no gubernamental francesa que edita cada año un informe -que goza de gran prestigio- sobre las drogas en el mundo.

El último trabajo confirma las tendencias apreciadas el año anterior: expansión y diversificación de la cultura de las sustancias ilícitas, desintegración de grandes redes en grupos medios y progresiva implicación de la criminalidad en las altas esferas de ciertos Estados.

Este últmo fenómeno, denominado por el Banco Mundial como "malgobierno", es especialmente inquietante. Países con un gran peso a nivel internacional, como Rusia, Méjico y Turquía, experimentan una alianza cada vez más visible entre el mundo del crimen y las clases dirigentes.

"¿Cómo sorprenderse, en estas condiciones, de que aumente el consumo de sustancias ilícitas en todo el mundo?", reflexionan los autores del informe, según el cual el peso del narcotráfico en la economía mundial es de unos 40 billones de esetas.

Este incremento afecta especialmente a los "estimulantes tipo anfetamina". Las incautaciones de estas drogas dan una idea de su progresivo consumo: en 1990 la policía requisó 1,4 toneladas, diez veces menos que en 1996 (14,5 toneladas)

En junio pasado, la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicada a las drogas reconocía la urgencia de la lucha contra los estimulantes sintéticos. Con 30 millones de consumidores en todo el mundo, se sitúan en el segundo puesto entre las drogas, tras e cannabis y sus derivados (140 millones de consumidores), y por delante de la cocaína (13 millones ) y la heroína (8 millones).

El éxito de las drogas sintéticas se explica, señala el informe, por su facilidad de fabricación y su popularidad entre los jóvenes, muchos de los cuales no las consideran peligrosas.