Ninguno de los dos reclusos, Luis Rivas y Francisco Javier Avila, concretaron en cambio de quién partió la mencionada oferta y sólo dijeron que les fue hecha durante su estancia en la prisión madrileña de Alcalá Meco para que luego la ejecutaran en la cárcel de Herrera de la Mancha, adonde iban a ser trasladados.

Según dijo Luis Rivas, "la propuesta recibida en Alcalá Meco era formar una especie de GAL" que tendría que actuar en la cárcel de Herrera de la Mancha y, como e negó a ello, le impusieron "un régimen en celda de castigo y mucho más duro que antes".

Estos dos internos justificaron su participación en el motín ocurrido el 18 de marzo de 1991 en la prisión manchega, donde secuestraron a tres funcionarios y un médico, como forma de protesta por el régimen carcelario que se les había impuesto tras su negativa a formar parte de este grupo.

Aparte de estos dos acusados, los otros tres implicados en este delito de detención ilegal son Antonio Losas, Vicente Sáchez Montañer y Laudelino Iglesias. Los cinco estaban recluidos en celdas de castigo en el momento de producirse en el motín y dijeron haberlo protagonizado para dar a conocer las "palizas diarias y torturas psicológicas que recibían".

El fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha pedido en sus conclusiones provisionales una pena de 20 años de prisión para cada uno de los inculpados, cinco años por cada uno de los secuestros que les imputa.