Tras ser retenidas por los agentes, las menores aseguraron ser sobrinas de la madre de la niña y explicaron que actuaban por orden de ella.

El bebé, de un mes de edad, tenía anticuerpos del SIDA, según las diligencias de la policía. En el Hospital Juan XXIII, sin embargo, negaron este extremo y afirmaron que la presencia de la pequeña en el centro médico se debía a motivos que no revestían gravedad

La madre de la niña, Manuela García Jiménez, de 22 años, desapareció del hospital el pasado viernes, dejando a la niña sola, sin que ninguna persona cercana al centro conociera su paradero. El abandono de la pequeña Jessica por la madre fue denunciado en el hospital dos horas antes de que las dos menores intentaran raptarla.

Según el testimonio de María del Carmen y Ana Susana, su tía llegó al domicilio familiar y les comentó que tanto ella como la niña se encontraban muy mal de salud. Manuela Grcía pidió entonces a sus sobrinas que fuesen hasta la séptima planta del centro sanitario y que recogiesen a Jessica. Con el fin de tranquilizar a las dos adolescentes, añadió que las enfermeras ya sabían que ambas irían a buscar a la pequeña.

Una vez en el hospital, las menores cogieron a Jessica, la envolvieron y salieron en dirección a la puerta principal con la niña en brazos. Algunos de los enfermeros se dieron cuenta y avisaron inmediatamente a los guardias jurados, que consiguieron detener a ls muchachas, pese a que éstas salieran corriendo.

La madre de Jessica es drogadicta y también tiene anticuerpos del SIDA, según la policía de Tarragona. Al parecer, abandonó a la pequeña por la necesidad urgente de conseguir droga.

Las sobrinas de Manuela García, que declararon no haber recibido dinero por sacar a la niña del hospital, residen en un barrio de la periferia de Tarragona. Ambas adolescentes fueron puestas a disposición del juez tutelar de menores. En cuanto al padre de la niña, se ecuentra en estos momentos en la cárcel.