Esa evidencia le lleva a considerar que no es necesario un incremento en la protección policial en Doñana. "La vigilancia", explicó, "es de tipo periférico, ya que se impiden los accesos al parque y creemos que e suficiente para el furtivismo".

También relató que, en los últimos años, la práctica del furtivismo ha provocado diversos incidentes entre los vigilantes del parque natural y los cazadores clandestinos.

Hace unos meses, por ejemplo, desapareció un vigilante en extrañas circunstancias y su cadáver fue hallado días después, con signos de violencia y parcialmente calcinado.

Posteriormente, la Guardia Civil detuvo a un cazador furtivo como presunto autor de su muerte. Al parecer, el vigilante yel cazador habían protagonizado enfrentamientos graves con anterioridad sobre cuestiones de furtivismo.

Asimismo, semanas atrás, falleció un vecino de Rociana del Condado (Huelva) en una zona próxima a Doñana, después de recibir un disparo de su compañero, que debió confundirle con algún animal en la oscuridad de la noche, cuando ambos cazaban ilegalmente.

En los últimos años, numerosas organizaciones ecologistas españolas denunciaron reiteradamente un incremento del furtivismo, tanto en caza com en pesca, en las proximidades e, icluso, en el interior del Parque Nacional de Doñana.

Sin embargo, Eduardo Crespo señaló a esta agencia que ese fenómeno es sólo "relativamente preocupante", aunque defendió que esas prácticas delicitivas deben continuar siendo perseguidas, "sobre todo por cuestiones de legalidad e imagen".

Crespo reconoció que existe furtivismo en la zona de las marismas, situada en las inmediaciones de Doñana, donde algunos vecinos de la zona practican la pesca furtiva del cangejo rojo, mientras que en el sector de la caza, los animales más castigados suelen ser los venados y los jabalíes.

El subdirector-conservador de Doñana aceptó que "a pesar de que el fenómeno es muy pequeño, se produce en un lugar de gran resonancia".

Aseguró que, desde hace más de una década, practicamente ha desaparecido "el furtivismo de ciudadano urbano con gran vehículo todo-terreno y rifles dotados con mira telescópica".

"El que tenemos ahora", agregó, "es el tradicional y que incluso pdríamos calificar de ecológico, y que esta representado por el vecino del pueblo o aldea cercana al parque que, a pié, con un cuchillo, escopeta y perro, entra a sacar un venado o un jabalí. Este no nos preocupa porque el impacto ecológico que tiene es prácticamente nulo", matizó.

Por último, el subdirector-conservador de la reserva indicó que ese clase de furtivismo no se produce en el interior del parque en demasiadas ocasiones. "Mas bien, suele ser detectado en las inmediaciones a la reserva, en zoas protegidas por su interés ecológico, consideradas como pre-parque", concluyó.