Los ecologistas mantienen que la documentación que presentó la multinacional sueco-canadiense contiene irregularidades, deficiencias y carencias

Entre estas irregularidades destacan la ausencia de un Estudio de Impacto Ambiental de la actividad minera en su conjunto en la instalación de Aznalcóllar y de una propuesta alternativa de producción limpia.

Asimismo, las organizaciones denuncian en sus alegaciones que la empresa no especifica cómo actuará en relación a la balsa siniestrada y el tratamiento que recibirán los residuos que todavía permanecen en ella.

También destacan que faltan los preceptivos informes de la Confederación Hidográfica del Guadalquivir, del Instituto Tecnológico Geominero de España y del Patronato del Parque Nacional de Doñana.

Finalmente, los ecologistas afirman que los sondeos encargados por la empresa para demostrar la viabilidad de la nueva balsa de residuos no confirman la impermeabilidad del terreno.

Las organizaciones han pedido a la Consejería de Industria que rechace la petición formulada por Boliden-Apirsa para utilizar la nueva balsa de residuos.