Los hechos se produjeron el pasado jueves, cuando el periodista recababa información sobre las muestras que miembros de Greenpeace estaban tomando en la balsa de las minas de Aznalcóllar que almacenaba los lodos tóxicos.

Según denunció el periodista, una persona que posteriormente se identificó como empleado de las minas le intentó arrebatar la cámara fotográfica, empujándole y zarandeándole. Durante el forcejeo, el periodista fue derribado, produciéndose diversas eosiones y su cámara sufrió desperfectos y quedó inutilizada.

La APIA, asociación que integra a más de 80 periodistas de información ambiental de toda España, condenó hoy, víspera del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la agresión que sufrió su compañero "cuando se limitaba a cumplir con la obligación de todo periodista: informar".

Por otra parte, la asociación expresó su solidaridad con los habitantes de las zonas afectadas por el vertido de las minas de Aznalcóllar, "los más directamente perjdicados, tanto en su entorno como en sus medios de vida, por una catástrofe que alcanza y duele a todas aquellas personas sensibles con el medio ambiente".