DON JUAN PIDIO A FRANCO QUE CONTROLAR LA INFORMACION SOBRE LOS PREPARATIVOS DE BODA DEL ENTONCES PRINCIPE DE ASTURIAS

MADRID
SERVIMEDIA

Su Alteza Real Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, pidió a Francisco Franco que "orientara debidamente" en la prensa española las informaciones sobre los preparativos de boda de su hijo Don Juan Carlos con Doña Sofía, según se desprende de una carta inédita que Don Juan remitió a Franco el 23 de enero de 1962 desde Estoril (Portugal).

La misiva, perteneciente al archivo privado de DonJuan y a la cual ha tenido acceso Servimedia, comienza con un "mi querido general" de puño y letra del Conde de Barcelona, y con la justificación de la comunicación por el compromiso previo que había adquirido con Franco para "darle cuenta personal y directa" de las conversaciones que mantuvo con la Santa Sede.

El padre del Rey agradece en primer término la actitud de "cooperación y apoyo" mostrada por la Embajada española en Italia, ya que la boda del entonces Príncipe de Asturias, católico, con una rincesa griega, de religión ortodoxa, planteaba problemas de protocolo.

"Ya en mi primera estancia en Roma", le cuenta Don Juan a Franco, "recogí la impresión de que lo que consideraban (la Santa Sede) cuestión vital era la no repetición de cualquier ceremonia de carácter sacramental (católica y ortodoxa) y, por supuesto, que los hijos del matrimonio pertenezcan a la Religión Católica, cuestión que jamás se ha puesto en duda en este caso".

El padre del Rey fue a Grecia a conocer las pretensiones el que iba a ser su consuegro, el Rey Pablo, "pero con la firme decisión de no aceptar nada que no fuese aprobado y expresamente autorizado por Su Santidad. Así se lo manifesté de entrada al Rey Pablo", advierte a Franco.

Las negociaciones directas corrieron a cargo del Conde de Barcelona, del arzobispo griego, que en esa época fue ascendido a Metropolitano por muerte repentina de quien ocupaba el puesto, y del arzobispo católico en Atenas.

"Se aceptó el punto de vista romano de la no repetición e la ceremonia sacramental", asegura Don Juan, "y yo me encargué de exponer a Su Santidad las fórmulas propuestas sobre la segunda ceremonia ortodoxa, pero advirtiendo que todo quedaba sometido a la aprobación y autorización de la Iglesia católica".

El padre del Rey creyó en todo momento que la Iglesia Ortodoxa se mostraba "comprensiva" en aras de la concordia y asegura que cuando abandonó Grecia para informar al Papa, tenía la conciencia tranquila de haber obtenido los puntos fundamentales "que en Roa se me habían indicado".

"LA DEBIDA PUBLICIDAD"

"Llevaba, no obstante", le confiesa a Franco, "la inquietud, en esta nueva visita, de si el Vaticano estimaría suficiente esto para dar las dispensas necesarias para la celebración del rito completo católico y también para, posteriormente, asistir a la ceremonia ortodoxa".

Para entonces, el arzobispo católico de Atenas había escrito al cardenal Ottaviani, de quien había sido discípulo, explicándole las conversaciones de Atenas y la actitud de "obdiencia" que el propio Don Juan reconoce, "no aceptando cuanto se me había encomendado como puntos no transigibles".

Seguidamente, el padre del Rey narra en su carta como, en compañía de su hijo, es recibido por el entonces Papa, Juan XXIII, que se mostró "paternal y amabilísimo".

"Me prometió que el Vaticano daría la debida publicidad a los acuerdos y, con el relato de recuerdos personales, prolongó la audiencia durante una hora, cosa que causó bastante impresión y supongo que impaciencia en la ucha gente que estaba esperando audiencia".

Don Juan atribuye este gesto de Juan XXIII al hecho de que estaba tratando con españoles, "y, desde luego, para premiar nuestra sumisión a su autoridad espiritual, que, como me dijo amablemente, era digna de la tradición de los Reyes de España".

El padre del Rey cuenta también que durante su estancia en la capital italiana coincide con el cardenal Primado y con el cardenal Quiroga, quienes le pidieron que les recibiese y, por contra, él se ofreció a vistarles en el Colegio Español, donde residían.

Don Juan les explicó la marcha de las negociaciones con las Iglesias católica y Ortodoxa, "quedando ambos sinceramente satsifechos y ofreciendome el Primado su apoyopara la divulgación y explicación de las decisiones Pontificias en la prensa de obediencia católica".

"Creo que ahora", dice Don Juan a Franco, "lo fundamental es divulgar en España las decisiones de la Santa Sede con las convenientes aclaraciones, para evitar desorientación de la opinión ública. En esto no confío en la actividad espontánea de algún elemento del organismo administrativo que de esto se ocupa. Solo la intervención de la autoridad de Vuestra Excelencia (V.E.) podrá orientar debidamente esta acción, que tan importante y necesaria me parece por el carácter nacional del asunto".

INVITACION A LA BODA

Además, el padre del Rey piensa que la actitud flexible del Papa es correspondencia de la actitud también flexible que mantiene la Iglesia Ortodoxa en las negociaciones, "y tamién el deseo de mostrar un criterio amplio en la proximidad del Concilio".

"No creo que perjudique ni a España ni al régimen el que estas mutuas transigencias se produzcan en torno a un asunto español", concluye Don Juan sobre este asunto.

Acto seguido, el padre del rey Don Juan Carlos cuenta a Franco cómo se enteró del accidente de caza que éste sufrió ese año y se congratula de que no esté herido de gravedad.

"No quiero dejar de expresar a V.E. la alegría que estas informaciones me causaro después de la tremenda emoción de la noticia, producida en primer lugar por el afecto personal que le profeso y también por la inquietud patriótica, pensando en los graves problemas que a España se le presentan en este momento de crisis mundial que tan necesaria hacen la autoridad y la experiencia de V.E. Espero que su restablecimiento sea rápido y definitivo".

Don Juan de Borbón concluye su carta a Francisco Franco invitándole a él y a Carmen Polo a la boda de Don Juan Carlos y Doña Sofía:

"No é bien lo que protocolaria y políticamente debo hacer en este caso, pero dejando hablar a mi corazón excuso decirle cuánto nos gustaría que estuviesen presentes Doña Carmen y V.E en este acto familiar de la boda del Príncipe, tan grato para todos".

Y concluye, también de puño y letra (el texto está escrito a máquina en tres folios de papel timbrado con la corona Real): "Con un abrazo, quedo suyo afectísimo. Juan de Borbón".

(SERVIMEDIA)
09 Mar 1993
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