AFGANISTAN

DOLOR EN SILENCIO DURANTE LA LLEGADA DE LOS 17 MILITARES FALLECIDOS

MADRID
SERVIMEDIA

El dolor en silencio de los familiares presidió esta tarde la llegada a la base aérea de Getafe, en Madrid, de los diecisiete militares españoles fallecidos en Afganistán al desplomarse su helicóptero.

Eran las 20:05 de la tarde cuando aterrizó en la base el avión "Hércules" que trasladó a los diecisiete militares, acompañados del ministro de Defensa, José Bono.

Concluían así 16 horas de duro viaje desde la base española de Herat, al oeste de Afganistán, cerca de la cual se produjo el siniestro y de la que habían sido despedidos los fallecidos hacia las cuatro de la madrugada, hora española.

En la pista de Getafe esperaban el Rey, el príncipe de Asturias, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, junto a otros representantes políticos. A su lado, numerosos familiares de los fallecidos, que lloraban en silencio, sin apenas poder ser consolados por autoridades ni mandos militares, pero que en su mayoría aguantaron en pie todo el acto sin utilizar apenas las sillas colocadas para ellos.

Un impresionante silencio invadió la pista de la base una vez que el Hércules paró sus cuatro hélices bajo un cielo rojizo con el sol a punto de ocultarse.

El ministro Bono, acompañado del jefe del Estado Mayor del Ejército, José Antonio García González, fue el primero en descender del avión para abrazar al Rey, al Príncipe y al presidente del Gobierno, y para recibir junto a ellos a los féretros a los que había acompañado desde Herat.

Uno a uno, los féretros, cubiertos con la bandera española y con un crespón negro, fueron portados cada uno por seis compañeros de la Fuerza de Acción Rápida hasta los catafalcos situados delante de los coches fúnebres, uno junto a otro, formando una espeluznante columna.

A paso lento, los féretros fueron desfilando ante el Regimiento Inmemorial del Rey que interpretaba la marcha fúnebre de Chopin, ante las autoridades, y ante los familiares,

Entre ellos estaba la sargento Susana Pérez, viuda del también sargento Alfredo Francisco Joga, fallecido en el siniestro y que estaba con él destinado en Afganistán.

Ella había salido de Herat a bordo de otro Hércules y después de la escala en Turquía llegó a la base de Torrejón a bordo de un "Airbus" de la fuerza aérea. Desde allí fue trasladada a Getafe, y con ella dos de los militares que resultaron heridos cuando el helicóptero acompañante del siniestrado realizó un aterrizaje de emergencia.

Otros dos heridos fueron trasladados directamente desde Torrejón al Hospital General de la Defensa, Gómez Ulla, y un quinto permanece en el Hospital de la base de Herat por prescripción médica.

Los familiares apenas podían contenerse ya cuando el obispo castrense, Francisco Pérez González, ofició un breve responso.

"SU VIDA POR LA PAZ"

"Han dado su vida por la paz", fue el mensaje del obispo, que expresó a los familiares las condolencias, la cercanía y el alivio enviados por el Papa en un telegrama.

El obispo bendijo los féretros que después fueron introducidos en los coches para ser trasladados al Hospital General de la Defensa, donde se les practicará la autopsia. La previsión es que el sábado pueda oficiarse el funeral de Estado conjunto.

Concluido este solemne pero austero acto, el Rey y el príncipe de Asturias rindieron el saludo militar a los familiares, que fueron retirándose con su dolor y sin tener contacto alguno con los féretros de sus muertos.

A las nueve y cuarto de la noche, con el sol ya oculto, la pista de la base de Getafe estaba ya vacía y los familiares seguían en autocares a los coches fúnebres hasta el Hospital Gómez Ulla.

(SERVIMEDIA)
18 Ago 2005
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