DOCUMENTO REDONDO (y 3).UN LEHENDAKARI NACIONALISTA APOYADO POR EL PSE SERIA "UN HOMBRE DE PAJA" DE ARZALLUZ, SEGUN REDONDO
- Advierte del peligro de una guerra civil en Euskadi si el Estado de derech desaparece como garantía de libertad por la dejación del Gobierno vasco
- Propugna por "desarrollar al máximo los lazos de solidaridad entre quienes se consideran no nacionalistas"
- Asegura que el Pacto Antiterrorista preludia un posible acuerdo futuro entre nacionalistas y no nacionalistas
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El documento del ex secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, aborda el diseño de un proyecto político propio desde el supuesto de que un lehendakari apoyado por os socialistas en el momento actual sería "de paja" y acabaría estando a las órdenes del presidente del PNV, Xabier Arzalluz.
Nicolás Redondo comienza este apartado del texto al que tuvo acceso Servimedia, subrayando que el objetivo inmediato y primordial "es cambiar la actual dirección de la política de Euskadi". La única forma de hacerlo, añade, es a través de un proyecto independiente, "y eso, hoy, no significa otra cosa que apoyar un proyecto cívico.
En este punto, rechaza "el falso mito" de ue en Euskadi hay dos comunidades, y asegura que sólo existe una, nacionalista y organizada "en términos etnicistas", que trata continuamente de "impedir que se consolide cualquier otra".
"Tendríamos que tratar de que el lehendakari fuera de todos. Pero se da el caso de que el lehendakari sólo quiere serlo de los nacionalistas. Y si el lehendakari, tras un pacto con los socialistas, volviera al discurso de Ardanza (inventor, por cierto, del falso mito de que en Euskadi hay dos comunidades: los nacionaistas vascos y los nacionalistas españoles), sería un lehendakari de paja, porque el liderazgo político volvería, automáticamente, a Arzalluz".
Por ello, aboga por "desarrollar al máximo los lazos de solidaridad entre quienes se consideran no nacionalistas", y demostrar así que existe otra forma, no nacionalista, de organizar la sociedad, persiguiendo ante todo la conquista de la autonomía personal en todos los órdenes y la defensa de la libertad individual.
Redondo considera que la única forma d garantizar esa libertad es a través de la ley. "Para los poderosos, y los nacionalistas lo son en Euskadi, la ley implica siempre una limitación de su libertad. Prefieren que no haya leyes porque éstas siempre coartan su capacidad de acción. Para los débiles, en cambio, la ley es la única garantía de su libertad. Si no hubiera ley estarían sometidos a la esclavitud, real o metafóricamente. La ley es el poder de los sin poder, el poder de la voluntad popular".
CONSTRUIR DESDE LOS AYUNTAMIENTOS
Para l avance de este proyecto, Nicolás Redondo juzga necesario recomponer un tejido social de corte cívico, construido desde los ayuntamientos, el ámbito más cercano a los ciudadanos.
"No podemos aspirar a una sociedad cohesionada mientras no cambie la abrumadora hegemonía que mantiene el nacionalismo en la sociedad civil. Los alcaldes deben configurar un poder alternativo que modere al poder nacionalista y defienda la libertad de todos los ciudadanos. Sólo una estrategia inspirada en el logro de una demoracia cívica en Euskadi puede lograr la victoria sobre el terrorismo", advierte.
Nicolás Redondo expresa en este documento su convencimiento de que el sistema democrático está actualmente carente de referentes culturales y políticos claros, como muestra el hecho de que cualquier representación del Estado "brille por su ausencia" en Euskadi o que los actuales militantes etarras no hayan visto banderas españolas "más que en los mítines de HB cuando las queman los encapuchados".
"Habíamos creído queel nacionalismo radical era una reacción exacerbada y a menudo exagerada, frente a una agresión exterior, de tal modo que si desaparecía la agresión se difuminaría el nacionalismo por falta de oxígeno", dice Redondo.
Sin embargo, prosigue, "la experiencia de veinte años de autonomía nos demuestra lo contrario. Les da igual que exista o no esa ofensa impagable que, si no es actual, se remonta a Franco, a Felipe V o a los romanos. Porque se trata de un proyecto totalitario que se camufla como respuestaun supuesto ataque, la responsabilidad, por tanto, corresponde siempre al otro, al español".
Puesto que "sólo el poder limita y modera el poder", Redondo sentencia que los radicales sólo entrarán en razón mediante "un fortalecimiento ético, moral y, sobre todo, político de los nuevos blancos de los terroristas".
Redondo deja claro que, desde su análisis, los nacionalistas sólo se moderarán cuando otros les ganen el poder y, para ello, los aspirantes a ese poder, "los nuevos blancos de los terrorstas", deben reforzar su presencia en todos los ámbitos de la sociedad.
Resulta por ello imprescindible desarrollar un tejido social de los socialistas y, para ello, es preciso potenciar las señas de identidad propias, "algo que nunca se debió haber abandonado".
Junto con ello, recuerda que en Euskadi la Constitución y el Estatuto "es lo único que a los constitucionalistas nos permite gozar de nuestros derechos cívicos. Es un escudo frente al proyecto nacionalista de privarnos de los derechos a eegir a nuestros representantes convirtiéndonos en alemanes en Mallorca, y es lo que obliga al Estado a defender nuestros derechos, aunque sólo sea poniendo escoltas durante todo el día".
En su opinión, es indiscutible que la función fundamental del Estado, con leyes como el Estatuto, es la defensa de los derechos ciudadanos para que sean libres y, si no lo consigue, "no estamos viviendo en una situación democrática".
GUERRA CIVIL
La libertad debe ser garantizada por la ley, y el Estado de dereco es el instrumento político constituido por los ciudadanos para ejercer la ley y arbitrar en los conflictos sociales.
"Su desaparición, como en Yugoslavia, da origen a un enfrentamiento civil y étnico de dramáticas consecuencias. La desaparición del Gobierno Vasco en la defensa de la libertad y de los derechos de los ciudadanos, reduciendo la condena del terrorismo a una descalificación "ética y moral", deslegitima el Estado autonómico en Euskadi y facilita la limpieza etnicista.
Redondo Terrero dedica un apartado de su análisis a las víctimas del terrorismo, con quienes "seguimos teniendo una deuda pendiente" y a quienes los socialistas seguirán apoyando "porque la sociedad vasca tiene el derecho y la obligación de recuperar una parte de su memoria histórica que le ha sido escamoteada".
También recuerda sus esfuerzos por lograr una unidad democrática frente a ETA en el Parlamento vasco, algo que no ha sido posible porque el objetivo de los nacionalistas "es marginar a quien no sea nacionalita".
"Otro tanto podría decirse de la actitud manifestada por el Partido Popular, empeñado en continuar con la dinámica de confrontación e incomunicación de la anterior legislatura con el objetivo legítimo de arrebatar el poder al PNV, una vez que consideran que la causa última de la actual situación es el propio PNV. Ante este estado de cosas", recuerda, "el PSE-EE mantuvo su posición, centrada en la defensa del consenso democrático".
PACTO ANTITERRORISTA
Redondo considera necesario seguir lucando por esa unidad democrática y el primer paso, desde su punto de vista, debe ser "consolidar" el acuerdo antiterrorista firmado por PP y PSOE, y que lejos de ser una agresión al nacionalismo, "puede ser el anticipo de futuros acuerdos en el País Vasco".
En esa misma línea, avanza que el PSE trabajará intensamente para lograr la entrada en vigor de la resolución sobre diálogo político aprobada por el Parlamento vasco por iniciativa suya, para exteriorizar ante la sociedad la unidad de los demócratasvascos frente a un enemigo común.
Reitera que el objetivo del PSE es "construir un país para todos, sobre la base del respeto a su pluralidad interna y a los derechos de ciudadanía. Un país integrado políticamente y vertebrado en el plano territorial y social. Nos opondremos, por tanto, con la máxima energía, a todo aquello que haga de la diversidad vasca un motivo de división o de crispación permanente o de imposición de una parte del país sobre la otra".
"Seguiremos defendiendo el marco estatutrio, porque, además de ser, junto con la Constitución, garante de la legalidad democrática, es también la suprema garantía de nuestra convivencia. Tratar de desbordarlo para caminar subrepticiamente hacia un desconocido marco político-jurídico, es atentar contra la unidad y las señas de identidad de un país definido esencialmente por su pluralismo interno".
Los socialistas, avanza, desplegarán "una intensa iniciativa política para que pueda culminarse en esta legislatura el desarrollo estatutario, conla asunción de las transferencias reales pendientes".
Ese desarrollo del Estatuto sólo podrá ser satisfactorio, en su opinión, si se acomete desde la lealtad constitucional y estatutaria, respetando las reglas de juego y la legalidad vigente.
"Denunciaremos en todo momento el doble juego del nacionalismo que, por un lado, apela al cumplimiento de la legalidad para culminar el Estatuto y, por otra, se olvida de las leyes para tratar de superar el marco de autogobierno, por su cuenta y riesgo y eluiendo cualquier posibilidad previa de consenso político y social".
De la misma forma, asegura que los socialistas trabajarán para que Euskadi adquiera el protagonismo que le corresponde en la España actual, presionando, por ejemplo, para que el Senado sea una cámara de representación territorial y un foro de cooperación entre las autonomías y el poder central.
Los socialistas, explica, desean que la culminación del Estatuto borre las tensiones reivindicativas y el cuestionamiento del marco jurídio-político, ya que no contemplan esta norma como una transición hacia otro estadio político. "No cuestionamos la voluntad mayoritaria de los ciudadanos como el único límite a su propio futuro, pero la voluntad de los vascos ha sido reiteradamente expresada en favor del actual modelo".
El objetivo del PSE será, por tanto, "consolidar un pensamiento político autonomista compartido por una mayoría amplia de vascos, en el cual podamos coincidir con otras formaciones políticas, sean nacionalistas o no nacinalistas. Este es el único camino para dotar a nuestro país de un horizonte político en sintonía con la construcción europea en la que, también como vascos, estamos comprometidos".
Redondo recuerda en este punto que Euskadi es una comunidad autónoma de España porque así lo han querido los ciudadanos y, por tanto, la aspiración de los socialistas es "gobernarnos a través de nuestras propias instituciones, las autonómicas".
Por tanto, considera que los defensores del autogobierno, entre los que se ncluye, debe ser reforzar sus contenidos "antes de plantear el debate estéril de la soberanía".
Tanto en ese desarrollo del autogobierno como en la construcción de un tejido cívico, Redondo considera trascendental los municipios, el ámbito en el que los ciudadanos desarrollan más directamente su derecho a participar en los asuntos públicos y que, sin embargo, ha permanecido olvidado.
Los muncipios deben ser en el proyecto socialista los elementos básicos de la construcción institucional en Euskad. Para ello, cree necesario que se apruebe la Ley Municipal Vasca, que se modifique la Ley de Territorios Históricos para que los municipios pueda participar en las grandes decisiones financieras del País Vasco, y que se mejore la financiación de los ayuntamientos.
Aboga, en definitiva, por una nueva "descentralización", esta vez de las comunidades autónomas hacia los ayuntamientos, para que puedan emprender políticas de empleo y formación profesional, urbanismo y vivienda, obras públicas, medio ambiete, sanidad, educación y servicios sociales.
ELECCIONES MUNICIPALES
Redondo recuerda además que es en el ámbito municipal donde más se deja sentir la violencia terrorista y donde más en juego está la democracia. Por ello, debe ser en los ayuntamientos donde más se muestre la unidad de los demócratas, y será donde los socialistas traten de reforzar la cohesión.
"No tiene sentido excluir a EH de la política de pactos en las instituciones comunes y mantener al mismo tiempo, directa o indirectament, alianzas con esta formación política en los gobiernos municipales", precisa.
Por ello, asegura que los socialistas "llevaremos a cabo las iniciativas que sean pertinentes para garantizar que todas las fuerzas políticas podamos presentar en igualdad de condiciones candidaturas en las próximas elecciones municipales".
"Defender la legalidad y las instituciones democráticas equivale a decir que vamos a seguir defendiendo con uñas y dientes la base de nuestra legalidad y de nuestras instituciones: a Constitución y el Estatuto de Autonomía. Una defensa que debe ser más incondicional que nunca cuando existe una organización terrorista que trata de arruinar por la fuerza nuestro marco político de convivencia".
El ex secertario general de los socialistas vascos reconoce en uno de los puntos de este documento que la polarización de la política vasca en torno a los fundamentos mismos de la democracia está dejando en un segundo plano el contraste entre los proyectos de izquierda y de derecha.
Sinembargo, reitera que los problemas de la sociedad actual lleva a los socialistas vascos a reafirmarse en su ideario "y en nuestro carácter de fuerza nuclear de la izquierda vasca, contrapuesta en sus principios éticos, sus postulados políticos y su voluntad transformadora al nacionalismo conservador y a la derecha del Partido Popular".
El proyecto socialista pasa, por ejemplo, por la defensa de unos poderes públicos que deben garantizar la igualdad, la solidaridad, y el acceso a derechos básicos, comola sanidad, la educación, la vivienda, las pensiones, el transporte, el empleo o la protección del medio ambiente.
Redondo ve por ello un proyecto propio del PSE, que puede ser alternativa real al actual Gobierno vasco. Para ello, el partido debe "recuperar y fortalecer" su respaldo social y electoral.
"Actualmente empiezan a darse las condiciones para que eso pueda producirse: contradicción entre un Gobierno de radicalización nacionalista y de una realidad social que pide que se respete la pluraidad vasca y que desea la estabilidad y seguridad sobre el futuro".
En su opinión, "la derecha entra en un período de declive y el socialismo español va recuperándose de la crisis de los últimos años y entrando en una nueva etapa, lo que favorece, sin duda, también la recuperación del socialismo vasco".
Frente al PP y al nacionalismo vasco, Redondo apuesta por fortalecer "el bloque progresista y de izquierdas", acercándose a otros sectores "en la línea de la experiencia de lo que representó la covergencia con Euzkadiko Ezkerra", y reforzando la colaboración con los sindicatos democráticos vascos, especialmente con UGT y CCOO.
En la acción política del PSE y su acercamiento a otros sectores sociales, Redondo concede especial importancia al logro de un consenso básico en materia educativa y cultural para reforzar el papel de la escuela en la regeneración democrática y en la expansión de los valores de integración y de respeto a la pluralidad. "Una escuela que forme buenos ciudadanos, no buenos ascos".
Ese consenso debe servir también, por ejemplo, para "despolitizar y profesionalizar los medios públicos de comunicación y desarraigar la intolerancia del país", devolviendo al Parlamento el control de la política lingüística, "ahora en manos de grupos que no se representan más que a sí mismos".
El "bilingüismo integrador" pasa, para Redondo, por hacer compatibles dos principios: que el uso del euskera se haga "cotidiano y apolítico", y que ningún ciudadano quede en situación de inferioridd civil por el desconocimiento de uno de los dos idiomas oficiales de Euskadi".
POLITICA LINGUISTICA
Redondo propugna, en este sentido, el diseño de una política lingüística plural y flexible, la superación definitiva de la identificación del euskera con el nacionalismo vasco, la adecuación ajustada de las políticas lingüísticas a las distintas necesidades y territorios, y la racionalización de las políticas institucionales, evitando que se interfieran esferas privadas de libertad, y evitando imposiiones más o menos encubiertas.
Redondo concluye su documento subrayando la necesidad de que todos los partidos colaboren en la ofensiva ideológica contra el totalitarismo y el reconocimiento a las víctimas del terrorismo, y de suscribir un "pacto por la seguridad".
Ese pacto debería estimular la operatividad de la Ertzaintza en la lucha contra el terrorismo, despolitizar y profesionalizar a este cuerpo policial, incrementar la coordinación política y policial entre el Gobierno Vasco y el GobiernoCentral, potenciar la investigación y prevención de los delitos terroristas, y atajar de raíz el terrorismo callejero de ETA, la denominada "kale borroka".
En definitiva, Redondo aboga por poner en marcha "un plan de choque, una ofensiva ideológica y cultural contra los presupuestos totalitarios que alimentan la violencia terrorista", extendiendo los valores democráticos, especialmente entre los más jóvenes.
Para ello, llama a los vascos a privar a ETA de cualquier tipo de legitimación ideológica ayudar a las familias cuyos jóvenes puedan verse involucrados en las tramas del terrorismo, y a "mirar con lupa la política de subvenciones del Gobierno Vasco al entramado asociativo del país, para evitar que, directa o indirectamente, las instituciones puedan financiar actividades del entorno de ETA".
"En suma, hay que arrebatar a ETA a varios miles de adolescentes y jóvenes que entienden que es lícito matar por razones ideológicas y que se socializan en el odio al diferente desde la edad escolar. Tnemos que evitar por todos los medios que esos jóvenes sean carne de cárcel. No podemos dejar en la cuneta a esos jóvenes vascos expuestos a la corrupción de ETA. Tenemos la obligación de recuperarlos para la democracia", concuye Redondo Terreros.
(SERVIMEDIA)
18 Ene 2002
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