Sanidad
El doctor Antonio Alcaraz, especialista en cirugía urológica y trasplante renal, asegura que la IA "será imprescindible en cinco años en la cirugía renal”

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El especialista en urología en el Centro Médico Teknon y jefe del Servicio de Urología y Trasplante del Hospital Clínic de Barcelona, el doctor Antonio Alcaraz, vaticina que la Inteligencia Artificial (IA) "será imprescindible en cinco años en cirugía renal".
Con una trayectoria que abarca décadas de dedicación a la cirugía, el doctor Alcaraz es un referente internacional en cirugía urológica y trasplante renal, y es considerado entre los diez mejores urólogos de España según el ranking elaborado por el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) de Merco. Su experiencia y liderazgo en el desarrollo de técnicas innovadoras mínimamente invasivas convierten a este especialista en un referente mundial.
Llegó a Barcelona en los años 60 y con 17 años ingresó en la Facultad de Medicina. Eligió la urología porque le permitía "el control del paciente desde el diagnóstico, su tratamiento y, por último, el seguimiento del mismo. Añadía la cirugía como forma de curar. Definitivamente, acerté en la elección”.
En su opinión, una de las claves de su exitosa carrera, y un consejo que brinda a todos los estudiantes de Medicina es “acercarse a los mejores en el aprendizaje. Yo lo hice. Mi formación estuvo marcada por un genio de la urología, el doctor José María Gil-Vernet, y otro genio de la cirugía proveniente de la cirugía vascular, el doctor Talbot Wright. El primero, modeló mi mente desde la necesidad de la innovación y la precisión quirúrgica, el segundo hizo de mi un urólogo con maneras de cirujano vascular. Mi recomendación a todos los urólogos jóvenes es que se expongan a los grandes cirujanos que están en plenitud. A partir de ahí, podrán adaptar lo que ven a su personalidad y forma de operar”.
Hoy él es modelo para las nuevas generaciones y comparte su saber como profesor catedrático en la Universidad de Barcelona, la misma en la que se formó. Ha dirigido casi una veintena de tesis y su incansable actividad investigadora le ha llevado a publicar más de 300 artículos en revistas internacionales, impartir más de 500 conferencias y ser reconocido con premios como el Hans Marberger Award de la Sociedad Europea de Urología.
Junto a su equipo, ha sido responsable de intervenciones que hasta hace poco parecían imposibles, como el trasplante renal robótico con inserción del riñón por vía vaginal o a través del ombligo. Sin embargo, está convencido de que todos estos logros se quedarán pequeños en comparación con lo que está por venir gracias a la cirugía robótica. “El futuro es absolutamente prometedor para todos nosotros y, sobre todo, para nuestros pacientes”, añade.
Sobre la nefrectomía laparoscópica y extracción renal transvaginal explica que, "dentro de los logros que podemos considerar pioneros, sin duda incluiría la introducción de la nefrectomía laparoscópica de donante vivo en el trasplante renal, así como la evolución a técnicas incluso menos invasivas, como la nefrectomía transvaginal y la nefrectomía por puerto único. Todas ellas han sido capaces de disminuir la agresión sobre el paciente manteniendo el mismo nivel de calidad de la cirugía. La nefrectomía laparoscópica es el estándar actualmente y la nefrectomía transvaginal una magnífica alternativa. Las nefrectomías por puerto único, extremadamente complejas de forma laparoscópica, han servido de plataforma inicial para su posterior desarrollo mediante técnica robótica. La llegada de robots de puerto único, popularizarán su práctica".
"La evolución natural de las nefrectomías laparoscópicas introducidas hace más de 25 años", añadió, "fue la nefrectomía parcial laparoscópica, que supone más del 80% del tratamiento del cáncer renal. El realizarlo de forma mínimamente invasiva y acabar con las lumbotomías, probablemente ha sido el mayor avance, que afecta, además, a un mayor número de pacientes de todos los cambios que hemos contribuido a realizar. Otros logros pioneros que considero de gran importancia han sido la introducción en Europa del trasplante renal robótico en el cual somos el grupo con mayor número de trasplantes de este tipo en el continente. Por último, la introducción del trasplante de útero en España, como uno de los pocos grupos que lo realiza con éxito en el mundo, lo considero un logro cualitativamente diferencial".
Destaca que siempre le ha movido la necesidad de innovar. Intentar mejorar los procedimientos establecidos, para mirar "de una forma disruptiva a lo que se está haciendo y plantear alternativas con el objetivo final de mejorar el tratamiento de nuestros pacientes. La tecnología ha sido imprescindible. Primero viene la idea, en muchos casos a partir de la llegada de nuevas tecnologías como la endoscopia, la laparoscopia o la robótica, pero en otros casos simplemente se aprovecha que existe esta tecnología para plantear cambios disruptivos. Buen ejemplo de ello es el trasplante robótico, una técnica que no había sufrido cambios significativos durante 50 años y que, actualmente, es nuestro estándar de tratamiento en el trasplante renal de donante vivo".
En relación a la IA, señala que será "una realidad imprescindible" en cinco años, aunque destaca que ya es capaz de hacer lecturas de anatomía patológica comparables a la de un experto en un tumor determinado ("y por tanto mejor que un patólogo no especializado") y también de analizar imágenes de resonancia en el diagnóstico del cáncer de próstata a la altura de un experto. "Eso no quiere decir que podamos prescindir de los patólogos y radiólogos si no que ellos se van a ayudar de estas herramientas en sus diagnósticos".
"Pero no solamente nos va a afectar a esta información imprescindible en nuestra práctica, sino que será importante en el proceso de toma de decisión en los pacientes. El ojo clínico del médico, que no deja de ser su capacidad para analizar múltiples aspectos de la enfermedad de una forma intuitiva, quedará sustituido por un análisis mediante IA de esas mismas variables y otras muchas de las que no somos ni siquiera conscientes. Obviamente, la decisión final será tomada de forma consensuada entre médico y paciente", agrega.
Asismimo, indica que "ser parte del grupo de cirujanos innovadores a nivel global ha permitido la generalización de estas técnicas en la generación que nos sucede. No todas ellas han sido capaces de implantarse de forma generalizada, sin embargo, en muchas de ellas nos podemos sentir orgullosos de que, actualmente, son el estándar de tratamiento. De alguna manera, hemos conseguido “democratizar” la atención a nuestros pacientes, aumentando el número de cirujanos y, por tanto, también, de pacientes que se benefician de ello. Pero nuestra investigación no solo se ha limitado a la innovación quirúrgica, si no que hemos desarrollado investigación molecular, siempre con el objetivo de trasladarla a la clínica del paciente. Ejemplos de ellos son el desarrollo de test genéticos para el diagnóstico del cáncer de vejiga, así como la biopsia líquida en el seguimiento de los tumores y de sus recaídas, que nos permiten anticiparnos a las recaídas clínicas y, por tanto, utilizar tratamientos de forma precoz".
Respecto a la evolución de la especialidad de Urología, relata que "de cuando yo empecé a actualmente solo queda el concepto, que seguramente es lo más importante. No obstante, el cómo operamos se parece en muy poco a cómo operábamos en mi época de residente. La irrupción de las técnicas mínimamente invasivas que incluyen la laparoscopia, la endoscopia y la robótica, han cambiado la forma de operar. Además, el diagnóstico es mucho más preciso con lo que es altamente infrecuente que nos llevemos ninguna sorpresa a la hora de operar".
Y en lo que se refiere a los próximos retos sostiene que la urología cada vez se va subespecializando más. "Es tal el grado de especialización necesario, sobre todo por el desarrollo tecnológico, que incluso en un área como la urología, no vas a alcanzar un grado de excelencia suficiente si no te subespecializas. El trabajo en grupos es ya, de hecho, una necesidad en la urología. La urología siempre ha sido pionera en la introducción de nuevas técnicas. Actualmente, nos enfrentamos a un cambio que yo diría que se puede considerar como un cambio de era. A la llegada de informatización de los últimos 30-40 años, se añade actualmente la irrupción de la inteligencia artificial que tendrá un impacto, no dudo que positivo, en nuestra práctica clínica. Quien no la adopte, quedará fuera de juego".
(SERVIMEDIA)
21 Abr 2025
s/gja