LA DISTANCIA ENTRE L VISION URBANA Y RURAL SOBRE EL BOSQUE FOMENTA LOS INCENDIOS FORESTALES, SEGUN LA UCE

MADRID
SERVIMEDIA

La solución al problema de los incendios forestales pasa por un acercamiento entre los puntos de vista rural y urbano sobre la función del bosque, visiones que un informe de la Unión de Consumidores de España (UCE) demuestra que están muy alejadas.

Se trata de un estudio realizado a través de 8 reuniones de grupo entre ganaderos y agricultores de las localidades asturianas de Pesoz,Ibias, Grandas de Salime y Somiedo y las cántabras de Ramales, Vega de Liébana, Cabezón de la Sal y Valdáliga.

Con ello, la UCE trata de conocer la relación del lugareño con los bosques o montes y los significados de la quema para él, con objeto de elaborar "una campaña de comunicación que aborde la problemática de los incendios forestales".

"Más específicamente", continúa el informe, "teniendo en cuenta el punto de vista de los habitantes de regiones muy afectadas en los últimos años, en concret ganaderos y agricultores, conociendo que ellos tienen parte activa (intencional o no) en muchos de los incendios que se producen".

Una de las conclusiones principales es la necesidad de restablecer un "diálogo" perdido entre lo urbano y lo rural, ya que los miembros de los grupos distinguían claramente dos puntos de vista sobre el monte: el urbano y el rural.

El urbano es para los ganaderos/agricultores sinónimo de ecologista, nunca ha pertenecido al bosque y vivido de él directamente y probableente tiene poca conciencia de que muchos de los bienes que consume provienen de él.

Por el contrario, el punto de vista rural vive el bosque como una realidad cotidiana. No es que no entienda el discurso ecologista, es que este discurso le plantea dificultades en su relación ancestral con el medio natural, del que él tiene que vivir.

IMPOSICION DE LEYES

El campesino considera que el hombre de fuera (la ciudad) no sabe/no conoce el auténtico lenguaje del bosque y, sin embargo, le impone sus leye (de propiedad, conservación, repoblación, quema, limpieza, etc.).

La nueva política de concentraciones parcelarias es percibida por los grupos negativamente. Según ellos, la estructura de la propiedad debe ordenarse de manera que el mayor número de vecinos se sientan implicados en la conservación de sus bienes, entre ellos el bosque.

Pero los lugareños distinguen entre dos clases de bosque: el "virgen", desordenado, que no representa apenas utilidad para ellos, sino amenazas para el pastoreo (ellobo, el oso) o los cultivos (jabalí); y el monte "culturizado", productivo, accesible al ganado, donde el fuego es una herramienta de limpieza y desbroce.

Según este estudio, las autoridades locales, regionales y nacionales favorecen, a la vista de los ganaderos y agricultores, los bosques vírgenes contra sus propios medios de subsistencia. Se prohíbe quemar y tampoco se puede cazar a los animales que atacan sus cosechas, desde su punto de vista.

Además, tampoco comparten estos grupos las polítias de repoblación, porque no les ven beneficios directos y se trata de especies no autóctonas, no consideradas propias.

La creciente presión de los medios de comunicación y las autoridades sobre los habitantes de aquellas zonas rurales donde hay riesgo de incendios forestales ha imprimido al fuego un significado político (conservación, ecologismo, protección, futuro, etc.) que antes apenas tenía.

(SERVIMEDIA)
24 Ago 1991
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