DISCIPULOS Y COLABORADORES DE SEVERO OCHOA DESTACAN SU HUMANISMO Y DEVOCION POR LA INVESTIGACION

- Instituido el Premio Nacional de Investigación Cátedra "Severo Ochoa" en Biología y Bioquímica

MADRID
SERVIMEDIA

La perseverencia y devoción por la investigación que mosró siempre Severo Ochoa, la capacidad para ilusionar a sus alumnos y el gran corazón que demostró como amigo y persona son los tres grandes rasgos que sus discípulos, colegas y autoridades recordaron hoy del Nobel español, en un emotivo homenaje de la comunidad científica presidido por los Reyes.

Unas 600 personas se dieron cita en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), entre ellas tres premios Nobel: el científico indio Gobind Khorana, Arthur Kornber, con quien Ochoa comprtió el premio en Medicina y Fisiología de 1959, y el escritor Camilo José Cela.

Entre los representantes políticos, destacaban el vicepresidente del Gobierno, Narcis Serra, y dos ministros, la de Sanidad y Consumo, Angeles Amador, y el de Educación y Ciencia, Gustavo Suárez Pertierra.

Además, se encontraban los familiares más próximos de Ochoa y personalidades como el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, los científicos Santiago Grisolía y Plácido Arango, el que fuera presidente delConsejo del Reino durante la transición española Manuel Lora Tamayo o el director del Instituto Cervantes, Nicolás Sánchez Albornoz.

El acto consistió en la lectura de breves discursos por parte de antiguos compañeros y discípulos de Severo Ochoa, que recordaron anécdotas y, en muchos casos, hicieron brotar las lágrimas entre el público y autoridades, que anunciaron la creación del Premio Nacional de Investigación Cátedra "Severo Ochoa" en Biología y Bioquímica.

El primero en hablar fue el presidnte del CSIC, José María Mato, que recordó los años del joven Ochoa en la Residencia de Estudiantes o "colina de los chopos", justamente donde hoy recibió este homenaje, dos meses después de su muerte.

Le siguió Francisco Grande Covián, catedrático de Bioquímica y que fue compañero del homenajeado en el laboratorio de Fisiología de la Residencia de Estudiantes. Según Covián, hubo dos personas que influyeron definitivamente en Ochoa para que se dedicara a la investigación: Santiago Ramón y Cajal y JuanNegrín, al que llegó a definir como "profesor joven y brillante, que abrió amplias perspectivas en mi imaginación".

El nutrólogo se refirió también a la obra científica de Ochoa para destacar la enorme unidad que la preside, ya que toda ella gira en torno a los procesos de fosforación oxidativa.

Más emotivos y personales fueron los discursos de Saul J. Farber, decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, donde Ochoa trabajó 32 años de su vida, que agradeció a España "por darns a este científico", y de Herbert Weissbach, director del Instituto Roche de Biología Molecular en New Jersey, donde desarrolló posteriormente su carrera, entre 1974 y 1985.

Weissbach, amigo del matrimonio Ochoa, explicó por qué el científico decidió quedarse en el instituto Roche y no marcharse de Nueva York: su mujer y él habían aprendido a amar esta ciudad tras treinta años de vivir en ella, a Ochoa le encantaba conducir grandes coches americanos, tenía un "Cadillac", y en este instituto tenía amios y suficiente dinero para investigar.

Weissbach destacó el interés de Ochoa por la música y las bellas artes, lo definió como una persona culta y añadió que el científico, tras la muerte de su esposa Carmen, nunca volvería a ser el mismo, pues estaban muy unidos.

"ME TRATO COMO PERSONA Y NO COMO MUJER"

Por su parte, Margarita Salas, hoy directora del Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa" de Madrid y discípula del Premio Nobel, subrayó el papel fundamental que jugó el científico en la fudación de este centro, su trabajo como formador de tres generaciones de investigadores que lo han tenido como maestro directo e indirecto y, personalmente, le agradeció que la tratara "como persona, independientemente de mi condición de mujer".

El resto de los oradores, el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Cayetano López, y tres de sus discípulos, los científicos Yoshito Kaziro, Charles Weissmmann y Arthur Kornberg, destacaron la atracción que despertaba Ochoa entre los jóvenes y entre sus lumnos, a los que transmitió su entusiasmo por la investigación.

Finalmente, el Rey, que clausuró el acto, subrayó que "el ejemplo de Ochoa ha demostrado que el éxito en la investigación científica depende de la voluntad personal para llevarla a cabo y de la decisión colectiva de la sociedad para impulsar su desarrollo".

Don Juan Carlos dijo que "su obra ha ayudado también a que la ciencia haya ido recuperando en España el apoyo necesario para que pueda desempeñar el papel que le corresponde. El jemplo de su trayectoria ha de servir de acicate para que nuevas generaciones de investigadores se incorporen, cada vez en mayor número, a la actividad científica en nuestro país".

(SERVIMEDIA)
12 Ene 1994
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