DIMITE EL COMITE PROVINCIAL DEL PCE EN SEVILLA, CRITICO CON LA LINEA "OFICIAL" DE ANGUITA Y ALCARAZ

SEVILLA
SERVIMEDIA

El Comité Provincial del Partido Comunista de Andalucía (PCA) en Sevilla, que preside el "crítico" Eduardo Saborido, dimitió ayer en pleno a consecuencia de las discrepancias que ha venido manteniendo en los últimos años con la línea oficial del artido, que encarnan los secretarios generales del PCE, Julio Anguita, y del PCA, Felipe Alcaraz.

En un comunicado emitido hoy, los dimisionarios explican que el XIII Congreso Federal del PCE, celebrado en diciembre pasado, supuso la confirmación definitiva de una ruptura con una forma de hacer política que venían practicando los comunistas españoles desde los años 60.

Por ello, anuncian que de ahora en adelante trabajarán en el seno de Izquierda Unida aunque conserven su militancia comunista y auncian que en la III Asamblea Federal de la coalición, a celebrar en mayo próximo, defenderán la conversión de IU en partido político.

"Combatiremos", dicen, "aquellas actitudes que todavía hoy se plantean una tutela del PCE sobre IU, y que se han expresado a través de los últimos acuerdos adoptados por el Comité Federal del partido (celebrado la pasada semana)".

"Sólo desde esta concepción abierta", señala la nota, "es posible desarrollar hoy una política de mayorías que conecte encierta medid con aquella tradición y estilo político que caracterizó al PCE y que hoy se ha roto con una política de corte vanguardista, en muchos casos sectaria y consecuentemente marginal".

Según los miembros del Comité Provincial de Sevilla, una de las razones que les ha llevado finalmente a tomar esta decisión es el hecho de que tanto en los documentos del PCE como en los del PCA se siguen cuestionando realidades como la europea, "algo sencillamente ilusorio".

Cualquiera que lea los últimos materiales de PCE-PCA, explican, debe sorprenderse de la ausencia de análisis y valoraciones sobre, por ejemplo, la nueva Comunidad de Estados Independientes (CEI), el riesgo yugoslavo o la desestabilización en el Magreb, región distante pocos kilómetros de Andalucía.

"Asimismo", continúa el documento de los `críticos', "cuesta trabajo compartir un proyecto (PCE) que se pretende moderno o actual para esta sociedad y ver al mismo tiempo cómo se ignoran factores y realidades (...) el retroceso que se está produciend en nuestro país en relación con los derechos civiles que lleva a un progresivo debilitamiento del poder de la sociedad respecto del Estado".

"(...) Se sigue pensando (PCE) que las relaciones laborales son las mismas de siempre, que los mecanismos de acceso al empleo o al subsidio son idénticos, que el mundo laboral y productivo es el de hace quince años", agregan.

Y concluyen al respecto señalando su discrepancia por la forma en que, desde el PCE, han sido tratadas estas cuestiones, casi exclusiamente como temas de coyuntura electoral, "prescindiendo de intentar ir al fondo político de esas degeneraciones".

UN DESENLACE PREVISTO

La dimisión de Eduardo Saborido y su equipo provincial de Sevilla no coge por sorpresa a los dirigentes del PCE y del PCA, triunfadores del XIII Congreso Federal del partido y decididos defensores de la no disolución de la formación comunista.

En ese congreso, Saborido, un dirigente comunista histórico del PCE y de CCOO, se alineó claramente con los "críticos" favorables a la disolución del PCE y a la conversión de IU en partido, en coherencia con lo que había sido su postura en los últimos años.

El 18 de diciembre pasado, dos días antes del XIII Congreso y previendo la derrota de sus tesis, Saborido escribía un artículo de prensa que comenzaba: "Este congreso debería haber servido para realizar una revisión política a fondo, valiente, de la historia del PCE, de sus luces y sus sombras, principalmente desde el final de la Guerra Civil hasta nuestros días". En su opinión, el PCE desaprovechó una buena oportunidad para reflexionar sobre el marxismo, que ha guiado las luchas de los trabajadores en este siglo, "pero que ha inspirado, asimismo, las realizaciones prácticas en países y estados (socialismo real) que han concluido en rotundos fracasos".

"¿Qué diferencia existe entre los que queremos disolver el PCE en IU culminando la plena soberanía de ésta y los que queriendo esto último también, defienden mantener el PCE como partido político?", se pregutaba entonces.

"Para superar la contradicción evidente entre lo que se hace y se dice, se han introducido en el debate todo tipo de descalificaciones hacia los discrepantes, cortinas de humo y confusiones entre los militantes, buscando su aclamación y asentimiento", respondía.

(SERVIMEDIA)
23 Ene 1992
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