Este año se dan cita en el evento 17 conventos -ya que algunos no acuden al haber agotado todas sus existencias-, que pondrán a la venta su tradicionales dulces, basados la mayoría en recetas antiquísimas que las religiosas han conservado durante siglos.

Sin embargo, destacan este año alguns novedades, entre ellas las cremas de batata elaboradas por las religiosas de Santa Clara, de Morón, que también concurren a la gastronómica muestra con sus tradicionales delicias de Santa Clara, rellenas de batata y sidra.

Tampoco faltarán los manjares de ediciones anteriores, como las yemas de San Leandro, las tortas y lazos de hoja de San Andrés, las mermeladas de Santa Paula y los cortadillos y bollitos de Santa Inés. Estos últimos se repondrán a diario, dada la gran demanda que tienen entre los evillanos y su rápida caducidad, al elaborarse sin ningún tipo de conservantes.

Junto a los dulces, las religiosas pondrán a la venta diversas labores artesanales. Es el caso de las Carmelitas Descalzas de San José de Sevilla, que aportarán cerámicas y óleos, y las Carmelitas de Sanlúcar la Mayor, expertas en la confección de manteles, tarjetas de Navidad y abanicos pintados a mano.

Según María Luisa Fraga, una de las responsables de la organización de la muestra, los conventos de clausura reunenun tesoro grastronómico, conservando recetas que se mantienen intactas desde hace siglos.