Díaz se expresó de este modo en el marco de la presentación de la hoja de ruta para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en la economía social junto a un grupo representativo de mujeres líderes en este sector, en un acto en el que estuvo acompañada por la ministra de Microfinanzas y de Economía Social y Solidaria de Senegal, Victorine Anquediche Ndeye.

La vicepresidenta segunda, que volvió a poner en valor los datos de reducción de paro en casi 50.000 personas en mayo y el aumento de la ocupación en 200.000 personas, apuntó que son cifras que no son “cuestionables por nadie”.

“Hay gente empeñada en hacer politiqueo con la vida de la gente. No lo comparto. no lo voy a hacer jamás, no es mi estilo”, añadió Díaz, quien lanzó: “No juguemos con la vida de la gente”.

A su juicio, “hoy es un buen día para que los que votaron en contra de la reforma laboral”, incluido Feijóo, reconocieran que se han equivocado y que “esa mesa de diálogo social hizo posible una reforma laboral que permite que hoy España vaya mejor y que las personas trabajadoras y las empresas vayan mejor”.

“La gente está sufriendo, lo está pasando mal y quiere reconocer que si las cosas van bien, van bien, y si van mal, van mal. Y para eso estamos en la cosa pública”, aseveró.

ESTATUTO DEL BECARIO

Como ya hiciera el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, este mismo viernes, Díaz incidió en pedir a la CEOE que se avenga a que se cierre el acuerdo del Estatuto del Becario aunque se haya producido un adelanto de elecciones.

“Sigo con mi agenda pública porque me debo a mi país. Pido a los agentes sociales exactamente lo mismo”, reclamó Díaz, que pidió al presidente de la CEOE que “recapacite” porque se deben “a su país”.

Y es que Garamendi aseguró hace dos días que ya no tenía tanto sentido cerrar nuevos acuerdos ante el anticipo de las elecciones generales para el 23 de julio. La titular de Trabajo señaló que “España no se para” y defendió que “esta norma hay que sacarla adelante”, al igual que otras pues, además, el Estatuto del Becario era una reforma que estaba ya “ultimada”.