En el texto, presentado por todos los portavoces de los grupos parlamentarios y al que dio lectura la presidenta de la Cámara Alta, Esperanza Aguirre, se denuncia que "las mujeres siguen teniendo dificultades para participar de forma plena en la vida política, económica, cultural y social".

Asimismo, subraya que "la violencia contra las mujeres sigue siendo el reflejo de las relaciones de poder desiguales que históricamente han existido entrehombres y mujeres".

Manifiesta también el Senado que cualquier forma de este tipo de violencia "constituye un obstáculo para el crecimiento y el desarrollo de los pueblos del mundo".

La declaración concluye que la transformación del papel de la mujer en tan sólo un siglo "ha surgido del esfuerzo colectivo que hoy debe reconocerse. Los pasos seguidos han dado buenos frutos para conseguir el objetivo de la igualdad entre hombres y mujeres" y, aunque se reconoce que el progreso a este respecto "es plpable", se advierte de que todavía es insuficiente.

Por esta razón, el pleno del Senado insta a todos los poderes públicos a seguir avanzando en las políticas correctoras de estos desequilibrios para conseguir una sociedad "más justa, más rica y más plena".