El informe del IEF, titulado "La distribución personal del salario anual en 1992", llega a esta conclusión sirviéndose de la información de que dispone la Agencia Tributaria, y no mediante encuestas, que es el sistema habitual, por lo que su grado de fiabilidad es mucho mayor.

Según el IEF, el salario medio de los 3,84 millones demujeres asalariadas contabilizadas en ese ejercicio se situaba en un promedio de 1.464.306 pesetas anuales, frente a los 2.089.273 pesetas de los trabajadores varones.

Las mujeres tienen una presencia proporcionalmente mucho mayor entre el colectivo de asalariados marginales, los que no llegan a ganar al cabo de un año el equivalente al salario mínimo interprofesional.

En concreto, había 1.378.800 mujeres que cobraban un promedio anual de 339.671 pesetas, en tanto que 1.578.658 hombres se encontrban en parecida situación, con un sueldo medio anual de 347.050 pesetas.

Eso significa que más de un tercio de las mujeres asalariadas, presumiblemente por la alta temporalidad o eventualidad de los trabajados conseguidos, no llegan a la cota del SMI anual, situación en la que sólo se encontraban un 22,4 por cien de los hombres.

Estos últimos tienen una presencia proporcionalmente mucho mayor en el contigente de trabajadores con sueldos superiores al mínimo y todavía más entre los asalariados mejr pagados, con retribuciones por encima de siete veces el salario mínimo anual (que en 1992 suponía 5,5 millones de pesetas de ingresos).

Este colectivo de asalariados más acomodados representa un 3,3 por ciento del conjunto de trabajadores por cuenta ajena, al totalizar 358.581 empleados, de los que 313.364 son varones y 45.217 mujeres.

Es preciso tener en cuenta que el informe analiza la distribución del salario por sexos tal como resulta de las estadísticas fiscales, por lo que la información ue facilita no permite medir el grado de discriminación en las empresas.

Eso se debe a que no es posible establecer qué parte de la diferencia de retribuciones obedece a razones sociológicas, derivadas de la menor presencia de mujeres en puestos bien pagados por su más tardía incorporación al mundo laboral, y qué parte responde a una discriminación efectiva por el pago de salarios menores que los que cobran los hombres en responsabilidades idénticas.

Sobre este particular, el informe sí proporcioa información de las diferencias salariales entre hombres y mujeres por sectores, y pone en evidencia que las administraciones públicas son las que proporcionan unas oportunidades de empleo más equitativas.

A este respecto, señala que "las administraciones pagan el 28 por cien de la masa de salarios y el 45 por ciento de los pagos que se hacen a mujeres".

"La igualdad entre varones y mujeres, tanto en número como en salario medio, es una nota de las notas sobresalientes de empleo y salarios de la administraciones. En las administraciones autonómicas el número de mujeres supera al de varones. Las corporaciones locales o ayuntamientos poseen un modelo salarial más próximo al de las empresas que al del resto de las administraciones".