Un informe de esta organización revela que las tasas de mortalidad de las mujeres, derivadas de problemas en salud sexual y reproductiva, y enfermedades de transmisión sexual como el sida, a las que las mujeres son especilmente vulnerables, siguen siendo "altísimas" en los países en vías de desarrollo.

Todo ello se ve agravado en una situación de guerra, en la que las mujeres resultan cada vez más afectadas y en muchos casos son las que más sufren las consecuencias de la guerra.

"Con demasiada frecuencia, las mujeres que no participan en las hostilidades son los objetivos deliberados de la guerra y corren peligro, a pesar de la protección a la que tienen derecho en virtud del Derecho Internacional Humanitario", avierte Acción contra el Hambre.

Pero las mujeres y las niñas no son sólo víctimas de los conflictos armados, también son especialmente vulnerables cuando están embarazadas, son madres lactantes, viudas encargadas de la subsistencia de los hijos, mujeres detenidas o cuando sufren discriminación por razón de sexo.

Para hacer frente a estas situaciones Acción contra el Hambre apuesta por realizar acciones para asegurar que programas, proyectos y estrategias reflejan e integran las necesidades, vulneabilidades, capacidades e intereses de hombres y mujeres.

"Desde Acción contra el Hambre queremos cambiar las relaciones de géneros existentes para hacerlas más equitativas, justas y solidarias, redistribuyendo recursos, participación y responsabilidades entre mujeres y hombres", concluye la organización humanitaria.