Muchos de esos conductores fueron puestos a disposición judicial ante la posible comisión de un delito contra la seguridad vial, según informó este viernes la DGT.

La mayor parte de esos grandes excesos de velocidad fueron captados por los radares instalados en carretera, aunque también por el radar Pegasus que va instalado en los helicópteros que sobrevuelan las vías.

CUATRO EJEMPLOS

Uno de ellos resultó ser un conductor que circulaba a 238 km/h en la A-7 (Autovía del Mediterráneo) realizando adelantamientos antirreglamentarios y haciendo caso omiso a la señalización de la vía. El delito fue detectado por el operador de cámara del helicóptero, un agente del subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Valencia, quien se puso en contacto con la Central Operativa de Tráfico para que una patrulla de le diera apoyo desde la carretera y parase e identificase al conductor.

La patrulla, del Destacamento de Valencia-A, paro e identificó al conductor, al que retiró de la circulación y le puso a disposición judicial por un supuesto delito de conducción temeraria, penado con hasta dos años de prisión y privación del derecho a conducir de hasta seis años. Asimismo, se le imputó otro delito por superar la velocidad máxima permitida en 118 km/h, ya que el límite legal era de 120 km/h.

Otro caso fue el de un conductor que circulaba a 206 km/h en un tramo de la vía convencional N-610 que conecta Palencia con Benavente (Zamora) limitado a 90 km/h y que se había dado a la fuga en un control preventivo en Valladolid.

Finalmente, acabó localizado por patrullas del subsector de Tráfico de Zamora y se le imputó un delito contra la seguridad vial, al conducir un vehículo a motor superando la velocidad máxima permitida en más de 80 km/h.

Un tercer caso se refiere a un motorista que circulaba a una velocidad de 185 km/h en un tramo de carretera limitada a 80 km/h cuando el helicóptero de la DGT, en servicio de vigilancia de la velocidad de vehículos, le detectó en el kilómetro 1.077 de la A-7.

Ese motorista fue investigado y puesto a disposición judicial por un supuesto delito contra la seguridad vial, al superar en más de 105 km/h el límite de velocidad máxima establecida en la vía.

Otro conductor circulaba a 192 km/h de media con picos de hasta 198 km/h en una vía convencional, la N-611, limitada a 90 km/h. En este caso, el operador de cámara que viajaba en el helicóptero de la DGT captó la infracción desde el aire y se puso en contacto con la Central Operativa de Tráfico para que una patrulla de la Guardia Civil de la provincia de Palencia le diera apoyo desde la carretera y parase e identificase al infractor.

RESPETAR LOS LÍMITES

Por otro lado, la velocidad inadecuada estuvo presente en un 21% de los siniestros viales en 2024. La DGT llamó a todos los conductores a que respeten los límites de velocidad, contribuyendo así a salvar vidas y reducir la siniestralidad en las carreteras.

Según Tráfico, ir a una velocidad adecuada podría evitar una cuarta parte de los fallecidos en siniestros viales y a partir de 80 km/h es “prácticamente imposible” que un peatón se salve en un atropello, mientras que a 30 km/h el riesgo de muerte del peatón se reduce al 5%.

Además, la DGT apuntó que la velocidad afecta al riesgo de verse involucrado en un siniestro. “A mayor velocidad, es más difícil reaccionar a tiempo y prevenir un accidente”, recalcó.

Igualmente, la velocidad repercute en las lesiones posteriores a un siniestro, pues a mayor velocidad de impacto se libera más energía al chocar con otro vehículo, usuario de la vía u obstáculo.

Existe una relación muy estrecha entre velocidad y riesgo de siniestro, y entre velocidad y severidad de las lesiones. Según el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC, por sus siglas en inglés) si las velocidades medias descendieran en tan solo 1 km/h en todas las carreteras de la UE, cada año podrían prevenirse 2.200 muertes en la carretera.