La última ofensiva del ejército ha provocado que al menos 2,4 millones de pakistaníes hayan abandonado sus casas, a lo que hay que añadir otros 553.000 desplazados desde el pasado mes de agosto, momento en el que se iniciaron los combates, según informó la OIM con datos de las autoridades de la provincia fronteriza del noroeste de Pakistán.

Esta situación ha provocado que la OIM haya acelerado su operación de ayuda humanitaria, con un último envío de 92 camiones con artículos no alimentarios para los campamentos del noroeste del país.

Esta asistencia de socorro incluye 30.647 mantas, 47.000 colchonetas, 13.120 contenedores de combustible, 12.861 cubos de plástico y 1.403 utensilios de cocina, que serán distribuidos en 26 campamentos.

Además, la OIM también ha enviado dos contenedores con 400 tiendas de campaña a Peshawar, la capital de la provincia fronteriza del noroeste, para que sean distribuidas entre las personas desplazadas.

Sin embargo, este organismo de la ONU indicó que la asistencia es también urgente para la mayoría de los desplazados que no viven en los 26 campamentos del noroeste, ya que, según las autoridades pakistaníes, el 80% de los desplazados viven con familiares, en asentamientos espontáneos o en centros.