Según informó hoy la Policía, 38 personas han sido detenidas, seis de ellas por presuntas infracciones a la ley penal, mientras que al resto se les ha aplicado a Ley de Extranjería. La red habría obtenido unos ingresos cercanos a los 3 millones de euros.

En el registro efectuado en un piso de Alcorcón, los agentes intervinieron pasaportes falsos, fetiches para la práctica del vudú, documentación con los nombres de las víctimas y su deuda correspondiente: 3.150 euros.

El pasado mes abril, policías de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsificaciones tuvieron conocimiento de la existencia de una organización internacional, dedicada a la inmigración lícita y la prostitución, formada principalmente por nigerianos. Los investigadores establecieron una operación para desentrañar esta red ilegal.

Al poco tiempo, averiguaron su "modus operandi": captaban en Nigeria mujeres jóvenes, sin recursos económicos, y les ofrecían un puesto de trabajo en España. El precio del viaje ascendía a 55.600 euros, que debían pagar a la organización con su trabajo en España.

Antes de partir hacia nuestro país, y como parte del contrato, los organizadores les practiaban un ritual "vudú". Para formar el fetiche debían entregar recortes de uña, vello púbico y sangre de menstruación. Dicho fetiche les sería devuelto cuando pagasen.

Ya en España, las cosas cambiaban radicalmente para las mujeres. Para reintegrar la deuda contraída, las jóvenes eran obligadas a ejercer la prostitución. Primero las empleaban en la Casa de Campo, en Madrid, y después eran repartidas por toda España. Si no querían recibir una paliza, debían recaudar entre 70 y 90 euros diarios, siempre egún fuentes policiales.

Más adelante, los investigadores destaparon la estructura de la red. Mercy E., mujer de 18 años, y Onoriode Martins, varón de 39, eran los jefes de la banda y captadores de las mujeres en su país de origen; Francisco T. P., de 57 años, y único español detenido, era el encargado de introducir las jóvenes en España y, posteriormente, distribuirlas por el país.

Julius C., de 38 años, Wesley I., de 25 y Agbondimwin, de 36, desempeñaban el papel de "mono wiwi" -nombre utilizad por la organización- y su cometido era controlar a las chicas, recaudar el dinero y supervisar el pago de la deuda. Para ello, contaban con varios pisos, en Alcorcón, Móstoles y Madrid.

Finalmente los policías averiguaron las rutas utilizadas por la organización para su ilegal tráfico humano. Si contaban con documentación falsa, tomaban un vuelo, con destino Amsterdam, y de allí por carretera viajaban hasta Madrid. En caso contrario, las trasladaban a Marruecos y bien entraban en España en "patera" -anarias o Península-, o bien cruzaban la frontera clandestinamente por Ceuta o Melilla.

A principios de semana, la operación se cerró con el arresto de todos los integrantes de la red.